Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 14 de Octubre 1977. Página 6.
Racionalización territorial del Estado.
Poca gente conoce el libro Los movimientos de emancipación nacional de Andreu Nin, escrito en catalán, publicado en 1935, Ediciones Proa, de Badalona y reeditado en 1970 por Ediciones Catalanas ds París. Este libro trata de «el aspecto teórico y la solución práctica de la cuestión» desde un aspecto marxista, muy riguroso. Es un entusiasta de las tesis leninistas sobre las nacionalidades: «Igualdad completa de derechos para todas las naciones, derecho de las naciones a disponer libremente de sus destinos, fusión de los obreros de todas las naciones». «Para que las diversas naciones puedan vivir juntas libremente y en paz o, cuando les convenga, puedan separarse constituyendo Estados separados, hay un democratismo completo, sostenido por la clase obrera. ¡Ni un privilegio para ninguna nación ni para ningún idioma! ¡Ni la más pequeña vejación ni la más ínfima injusticia para con la minoría nacional!; he aquí los principios de la democracia obrera».
Según los principios de Lenin, Nin dice que la nación se caracteriza por la existencia de relaciones económicas capitalistas determinadas, la comunidad de territorio, de idioma y de cultura. Es necesaria la confluencia de los cuatro factores. «Inglaterra y Estados Unidos hablan el mismo idioma, pero constituyen dos naciones diferentes y Castilla, Cataluña y Vizcaya (sic) tienen un territorio políticamente y económicamente común, pero son naciones distintas».
Nin quería, en esta obra, contribuir «al estudio, tan descuidado en nuestro país, del problema de la emancipación de las nacionalidades». «Su propósito inicial era de consagrar una parte del libro a los problemas nacionales de España, y muy particularmente al de Cataluña». Pero tuvo miedo de hacerlo de carácter incompleto y decidió dedicar un trabajo especial posterior. Los acontecimientos se lo impidieron. Se limitó a exponer el pensamiento de Marx, Engels, Bakunin, la 1ª Internacional, los socialdemócratas, la escuela austriaca, Kautsky y Rosa Luxemburgo, el zarismo, el movimiento obrero ruso, Lenin y la revolución de Octubre. Después estudió, como modelo práctico de solución, la constitución, guiada por Lenin, de la Unión Soviética. Toda una introducción para entrar a examinar el problema español con gafas marxistas.
El equilibrio se alcanza cuando trabajan conjuntamente praxis, teoría y política. Quizás en los momentos actuales, en que Suárez quiere proponer a los grupos parlamentarios un pacto que incluye un «mapa de regiones», habrá que profundizar en el estudio teórico, tan científicamente como sea posible, de la dinámica nacional en nuestro Estado. Frecuentemente un planteamiento racional de un tema ahorra años de conflictos políticos.
Lluís M. Xirinacs.