Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 12 de Octubre de 1977. Página 6.
Ya me han dado el premio Nobel de la Paz.
Hace días que en esta columna hablaba de un tema que siempre se me hace difícil hablar. Para conseguir la paz social de verdad es necesario que cada persona y grupo tenga en su interior una conciencia clara y armónica del conjunto de la sociedad. En nuestro cuerpo, cada célula tiene almacenado en su núcleo el programa completo de todo el cuerpo. Cada unidad del cuerpo social, junto a las preocupaciones individuales, es necesario que haga un lugar importante a los problemas conjuntos. Hay que desprenderse, en buena parte, de uno mismo y trabajar para los demás.
Durante varios años, me he dedicado a luchar por la amnistía en el Estado español. Es la medida pacificadora por excelencia en un país fundamentalmente herido por una guerra civil, cuyos efectos discriminatorios se han mantenido durante cuarenta años absurdos. La amnistía no era para mí, era para todos.
Todo el pueblo vasco ha estado luchando por la amnistía. Miles y miles de personas y grupos de todos los pueblos del Estado han luchado por la amnistía. Siempre los unos por los otros. Ha sido la gran lucha de los últimos tiempos, empapada de altruismo. Hoy, todavía, seguimos luchando por la amnistía.
Amnesty International nos ha estado ayudando durante años y años, desinteresadamente, con vigor y constancia. Ellos tienen como norma que la delegación de cada país tiene prohibido ayudar al propio país. Sólo puede ayudar a otros países. Así garantiza la neutralidad. Y así institucionaliza el altruismo.
Hace aproximadamente un año que se fundó en Barcelona la delegación de Amnesty International de España. Después de cuarenta años de recibir ayuda ya podemos empezar de ayudar a los demás. Justo agradecimiento.
Me he entregado en cuerpo y alma al servicio de la amnistía. ¿Qué mayor alegría puedo tener que el hecho de que la hayan premiada? Han premiado la amnistía, me han premiado mí. ¿Por qué he de querer para mí el premio, si tampoco quería la amnistía para mí?
...Y quizás sería la hora de pedir a la Comisión Pro Nobel Xirinacs que abandone su intento perseguido con tanta dedicación durante tres años. ¿No os parece?
Lluís M. Xirinacs.