Al servicio de este pueblo.
Avui. Jueves, 6 de Octubre de 1977. Página 6.
Fábricas de delincuencia.
El colegio nacional de enseñanza especial San Juan de la Cruz, de la Ciudad Meridiana de Barcelona, tiene capacidad para doscientos niños necesitados de un trato y educación especial de lo normal. Sólo hay dos centros de esta clase en toda Barcelona subvencionados por el Estado. Ahora sólo pueden asistir ciento veinte niños y aún se necesitan más maestros, y maestros especiales. El ministerio de Educación no tiene dinero. Dijo: «Que el colegio empiece a funcionar con cincuenta niños y siete profesores o que cierre».
Hay gente que se siente responsable de este problema y pide ayuda. Dicen, entre otras cosas: «El futuro de estos niños, las deficiencias de los cuales no son culpa de nadie, puede convertirse en demasiado triste, equivocado e irremediable (delincuencia, desorganización profesional, rechazo total por parte de la sociedad, etc.) si en la edad escolar no reciben la orientación adecuada».La gente se queja de que la amnistía pueda poner delincuentes en la calle, pero se desentiende de las fábricas de delincuencia que son las deficiencias escolares, el paro laboral, las viviendas inhabitables o la falta de vivienda y, sobre todo, la misma prisión tal como funciona hoy.
Yo digo «a quien corresponda» que o se retira aquel cruel veredicto y se resuelve el problema, o que, con gran sentido de responsabilidad, la Ciudad Meridiana se movilice para exigir la solución adecuada, porque la amnistía quizás tiene espera, pero los niños no. Por eso hay una asamblea popular en Ciudad Meridiana donde estén presentes las formaciones sociales y todos los ciudadanos que se sientan solidarios en este gran barrio barcelonés.
Yo veo como solución de fondo del problema de la delincuencia, de la marginación, de la existencia vergonzosa de los presos sociales, que cada barrio y cada municipio, constituidos en asamblea popular del lugar, se responsabilicen de sus marginados, desadaptados, presos sociales , etc. Y si existían asambleas comarcales y de todo el Principado se podría conseguir que los territorios más cargados de problemas pudieran pedir colaboración a los más descargados.
¿Cuándo cesará esta sociedad egoísta y despreocupada expulsándose las pulgas de encima?
Lluís M. Xirinacs.