Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 3 de Septiembre de 1977. Página 6.
Movimiento popular o de masas.
Después de cuarenta años de quietud, bajo el lema «Movimiento Nacional» y el dogma «El Movimiento se sucede a sí Mismo», es natural que el pueblo haya casi perdido el hábito de moverse. El pueblo es un ser colectivo viviente, y por consiguiente se mueve. Pero en esta tierra de larga dictadura no sólo hemos contraído parálisis, sino que también hemos cogido manía a la palabra movimiento, sobre todo si llamamos movimiento nacional.
Durante los años de la oscuridad se distinguían, siempre en voz baja, entre partidos y movimientos de masas. Las minorías conscientes, decíamos, formaban los partidos. Las mayorías no concienciadas formaban los movimientos. Sin embargo, eran unos movimientos de masas de poca monta, todo ello, cuatro gatos. En rigor no son posibles los movimientos de masas en la clandestinidad de las dictaduras. Sólo en los últimos tiempos de nuestra dictadura, comenzaron a emerger incipientes movimientos de masas: obreros, nacionales, de la mujer, a favor del preso, etc. Y aun algunos partidos han aspirado a convertirse en partidos de masas.
Mi opinión es que aún en Cataluña no existe ningún verdadero movimiento de masas. Sea por la deficiente liquidación de la dictadura, sea porque los partidos, que hasta ahora han sido los promotores de los intentos de movimiento en la semiclandestinidad, una vez legalizados, han aflojado su incidencia en los movimientos para actuar más directamente, lo cierto es que aún no tenemos auténticos movimientos de masas. Sólo movilizaciones ocasionales, maravillosas, por cierto, pero inestables y siempre llenas de interrogantes.
Para la salud de nuestro pueblo, en esta entrada a la democracia, necesitamos anchos, sólidos y ricos movimientos populares que sean autónomos, generosos de línea política, estimulantes para el pobre ciudadano, que hasta ahora estaba condenado a la quiniela o al utilitario; movimientos que den respuesta a las angustias del obrero, del joven, de la mujer, de la nación; movimientos no sometidos a la servidumbre de los partidos, pero abiertos a una leal colaboración con ellos. Los catalanes somos un pueblo vivo, pero es necesario que este pueblo se mueva. ¡Paralítico, levántate y anda!
Lluís M. Xirinacs.