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Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
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Epílogo: el cambio del cambio.
«Esto no lleva a ninguna parte. Todos los cambios de modelos fracasan.
¿Para qué malgastar tanta tinta y papel?».
Cansados de intentar «cambiarlo todo para descubrir que nada cambia»,
como en el proceso de la transición española o como en el
hallazgo de que el «socialismo es el camino más largo para
ir al capitalismo», estamos tentados, y así lo muestran la
teoría y la praxis «política» contemporáneas,
a aceptar las cosas tal como son, con el fatalismo histórico que
esto comporta, fatalismo impropio de occidentales que continuamos con la
pretensión de «dominar» la naturaleza.
«La historia ofrece una enorme lista de revoluciones, cuyos resultados
fueron, en gran medida, condiciones idénticas a las que la revolución
se proponía superar y sustituir por un mundo feliz». «Las
mentes más sobrias pueden llegar a la triste conclusión siguiente:
'Probablemente habríamos hecho mejor dejando las cosas tal como
estaban1'».
«Una cosa es advertir... el cambio de algo en su contrario, pero
resulta muy difícil... darse cuenta de que este cambio no representa
tal cambio dentro de la pauta general. Gran parte de los conflictos humanos
y muchas soluciones engendradoras de conflictos son debidas a tal ceguera2».
«Un sistema que pase por todos sus cambios internos posibles sin
que se verifique en él un cambio sistémico puede considerarse
como enzarzado en un juego sin fin. No puede generar desde su propio
interior las condiciones para su propio cambio, no puede producir las normas
para el cambio a partir de sus propias normas3».
Para comprender qué significa el cambio sistémico es muy
útil la lectura completa del libro de Paul Watzlawick dedicado a
este tema. En este sugerente texto hay, sin embargo, un breve juego que
ejemplifica visualmente esta dificultad de generar cambios si no se modifica
el contexto.
Nos permitimos la reproducción de este ejemplo para aquellos
lectores que no lo conozcan.
«Los nueve puntos representados en la figura
1 han de ser conectados entre sí mediante cuatro líneas
rectas sin levantar el lápiz del papel. El lector que no conozca
este problema hará bien en detenerse aquí e intentar su solución
sobre una hoja de papel, antes de continuar leyendo y, sobre todo, antes
de ver la solución en la figura 2.
(Figura 1).
«Casi todos los que intentan por primera vez resolver este problema
introducen como parte de la solución un supuesto que hace imposible
ésta última. El 'supuesto' consiste en que los puntos constituyen
un cuadrado y que la solución ha de encontrarse dentro de este último,
condición autoimpuesta que no está contenida en las instrucciones..
Así el fallo no reside en la imposibilidad de la tarea, sino en
la propia solución intentada. Tratando así de solucionar
el problema creado, no importa en absoluto la combinación de las
cuatro líneas que se intenta: se terminará siempre, por lo
menos, con un punto no conectado. La solución consiste en... abandonar
el campo en que se intenta la solución. Quienes fallan y renuncian,
experimentan, generalmente, una sorpresa ante la inesperada simplicidad
de la solución (figura 2). Resulta evidente
la analogía de este ejemplo con multitud de situaciones reales de
la vida4».
(Figura 2).
«Todos nos hemos sentido en alguna ocasión cerrados en
una especie de jaula y, entonces, tanto daba que intentásemos encontrar
la solución de un modo sereno y lógico o bien, lo que es
más frecuente, recorriendo frenéticamente círculos
viciosos. Pero, es desde dentro de la jaula... que la solución se
nos aparece como un sorprendente rayo de inspiración que está
más allá de nuestro control». «Resulta claramente
distinto que nos consideremos como peones de un juego, cuyas reglas designamos
como realidad, o bien como jugadores que saben que las reglas del juego
sólo son «reales» en la medida en que las hemos creado
o las hemos aceptado y que podemos cambiarlas5».
La dificultad para cambiar esta sociedad, o para cambiar las personas
reside en que el problema, posiblemente, está mal planteado. Hay
cosas que son como son, y que no tienen por qué ser cambiadas sin
provocar grandes alborotos que no conducen a ninguna parte. Hay, en cambio,
cosas consideradas poco importantes, que no son ni ideales ni transformaciones
grandilocuentes pero que, quizás, sí son problemas que pueden
tener soluciones. Distinguir cuáles son los problemas clave de lo
que son pseudoproblemas, buscar qué instrumentos clave y cambios
de reglas de juego mínimas son posibles para hacer frente a estos
problemas es, pues, una de las tareas importantes. Se trata de buscar las
medidas que sean el mínimo común denominador de una amplia
trama de problemas interrelacionados. Y además que sean medidas
no probadas, ni repetidamente fracasadas, pero sí experimentables.
Es en esta investigación que se inscribe la hipótesis
sobre la moneda como instrumento de aplicación de un conjunto de
medidas que, aceptadas por la tradición democrática occidental
o propuestas por los nuevos movimientos sociales, puedan llegar a ser una
palanca eficiente en el intento de permitir los cambios radicales que la
humanidad necesita. Y esto, sin tener que romper la mayoría de relaciones
sociales existentes, salvo aquellas que la misma cultura democrática
considera impresentables y peligrosas.
Quizás algunas de las propuestas sugeridas puedan servir de ayuda
al pueblo que algún día tenga necesidad y voluntad de liberarse
de la impunidad de los poderes fácticos para intentar nuevos caminos.
Notas:
1Watzlawick,
Paul, (1974), Cambio, Herder, Barcelona, 1985, página 41-42.
2Íd.,
página 42.
3Íd.,
página 42.
4Íd.,
páginas 44-45.
5Íd.,
página 46.
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