Nuevos apartados:
Dolors Marin Tuyà.
Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
|
Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
|
|
|
Resumen: las veinte tesis.
- La moneda ha llegado a ser, de buen grado o a la fuerza, en muchas culturas
contemporáneas, una pieza clave en las relaciones humanas.
- Con ella, en ella o por ella, las relaciones entre individuos, naciones
y sociedades aumentan o disminuyen, se equilibran o se desequilibran, llegan
a ser justas o se corrompen.
- Esta ambivalencia de la moneda se debe al uso que se hace de ella: instrumento
de dominio, de poder, de corrupción... o instrumento de intercambio,
de responsabilización, de información compartida.
- Un uso «responsabilizador-informador» de la moneda no depende,
sin embargo, solamente de la buena voluntad y de la moralidad de las personas,
sino que depende, también, del tipo de moneda, es decir, de las
características del instrumento monetario.
- Ha «interesado» presentar la historia de la moneda dominada
por la visión aristotélica (tercera mercancía con
valor intrínseco) por encima de la visión platónica
(signo monetario abstracto con el que hacer una regla de tres).
- Las transformaciones monetarias están demostrando que la visión
«metalista» aristotélica es incapaz de permitir un equilibrio
entre mercancías crecientes y moneda material limitadora. La visión
«nominalista» platónica recobra fuerza en la práctica
de la creciente abstracción de los sistemas monetarios actuales.
- Las características de las diversas variantes de monedas «históricas»
(metalistas) son: anonimato (no dice quien realiza la compraventa), uniformidad
(no dice nada de la compraventa) y movilidad (sirve para más de
un acto de compraventa).
- Estas características instrumentales facilitan toda clase de delitos
y crímenes con, en o por ella; imposibilitan un sistema métrico
e informativo (multicaptador) de todos los datos significativos de cada
acto de compraventa; y, por tanto, impiden contrastar experimentalmente
las teorías económicas.
- Estas características también favorecen la monetización,
la mercantilización y la prostitución de muchos aspectos
humanos, incluso de los más inmateriales (formación, información,
investigación, salud, derecho, política, arte, espíritu...)
mientras que, paradójicamente, no ayudan a resolver satisfactoriamente
las funciones más básicas de la moneda: facilitar el intercambio
de bienes (no males) y servicios (no «deservicios») y permite
el equilibrio entre producción y consumo-inversión en sociedades
complejas que no pueden usar el trueque.
- Pero la moneda puede ser (y posiblemente ha sido durante 7.000, años
al alba de las civilizaciones del Asia occidental) un instrumento con unas
características radicalmente diferentes: personalización,
diversificación y inamovilidad.
- Estas características facilitan: la responsabilización de
todos los actos libres de intercambio (dejan huella); la puesta a punto
de un sistema multicaptador de todas las características de cada
acto de compraventa; y, por tanto, la posibilidad de contrastar experimentalmente
las teorías económicas.
- Las civilizaciones de la arcilla la utilizaron para un sistema contable-monetario
personalizado e informativo. Las civilizaciones de los metales los utilizaron
para facilitar y agilizar el comercio y el imperialismo guerrero y corruptor.
La civilización del papel lo ha utilizado para dominar los mercados
y los pueblos. La civilización de la electrónica la utiliza
para la especulación monetaria mundial y para asegurar el control
de las poblaciones.
- Pero, así como la moneda-arcilla-escritural-informativa se volvió
lenta, y las monedas oro-papel-desinformativas se han vuelto ágiles,
la moneda electrónica permite mejor información que la primera
y mucha más agilidad que las segundas.
- La moneda es un hecho incrustado en la mayoría de civilizaciones,
especialmente en la Occidental y en las culturas dominadas por ella. Una
propuesta de cambio de civilización tiene, en relación a
la moneda, tres opciones:
- Primera, la desmonetización total inmediata (con lo que esto representa
de supresión de la especialización productiva y de autoabastecimiento
casi total, combinado con un trueque de bienes y servicios);
- Segunda, la racionalización del sistema monetario (sustituir actual
moneda anónima y desinformativa por una personalizada e informativa
que desmitifique el dinero y reduzca el área de la monetización
responsabilizada al intercambio de bienes y servicios mensurables);
- Tercera, la consideración de que la moneda no es un tema clave y
que, por tanto, hay que dejarla como está.
- La hipótesis que se considera más viable y positiva es la
segunda: esta opción se convierte en una posibilidad y una necesidad
inmediata (para salir de la «historia oficial» iniciada con
la moneda anónima, la escritura, la corrupción y el imperialismo)
con la esperanza de que ayude a caminar hacia la primera opción
(desmonetización y desmercantilización) en otro estado histórico
de momento no probable a medio plazo.
- El tema clave para defender la segunda hipótesis -modificar el sistema
monetario- es ver la viabilidad de su aplicación práctica
y valorar sus peligros y sus posibilidades.
- El uso del dinero electrónico, aquí y ahora, está
siendo un medio de dominio y de control sobre el pueblo (no protección
de la intimidad, peligro de represión policial, fiscalidad fácticamente
arbitraria...). De nuevo se nos presentan tres opciones:
- Primera, negar radicalmente cualquier uso del dinero electrónico;
- Segunda, proponer un uso con garantías o,
- Tercera, obviar el tema.
- La hipótesis que se muestra más adecuada es la segunda y,
para concretarla, se propone:
- Primero. La supresión de todo dinero anónimo (único
sistema de dinero electrónico para todos, ricos y pobres, gobernantes
y gobernados);
- Segundo. La protección de los datos personales (con único
acceso del propio interesado y de una Justicia independiente en caso de
documentar una sentencia);
- Tercero. La socialización de los datos contables para superar la
planificación centralista y la «mano invisible» mercantilista;
para equilibrar la masa monetaria y evitar la inflación-deflación;
para redistribuir el excedente solidariamente y mejorar/superar los sistemas
fiscales.
- El dinero electrónico debidamente acotado puede llegar a ser un
instrumento, al mismo tiempo, de responsabilización documentada
y de libertad de acción, de solidaridad social (socialismo) y de
libertad personal (democracia), de creación de riqueza y de redistribución
de los excedentes; de separación y libre elección personal
entre actividades mercantiles (ánimo lucrativo) y actividades comunitarias-liberales
(sin ánimo lucrativo), de centralización informativa (visión
global) y descentralización de acción (individuos, comunidades,
barrios, municipios, comarcas, naciones, empresas, entidades... libremente
confederados según el principio de subsidiariedad), de cuantificación
de los materiales y energías disipados o degradados y de recaudación
de fondos para su protección o sustitución.
- En definitiva, mientras que el cambio de valores, de costumbres y de comportamientos
acostumbra a ser lento y se vuelve peligroso el ejercerlo desde fuera de
las personas por presiones ideológicas o religiosas, el cambio instrumental,
hoy técnicamente viable, de una herramienta considerada hipotéticamente
clave -según trágicos resultados históricos- puede
ayudar a plantear nuevas reglas de juego más limpias, libres, solidarias
y responsabilizadoras que las actuales. La hipótesis central es
que el Estado de derecho y la equidad económica, formalmente proclamados
por casi todo el mundo, son imposibles de conseguir con el sistema monetario
vigente. Con un nuevo tipo de moneda podremos experimentar si realmente
ésta es una pieza clave que favorece la emergencia de una nueva
civilización o si es, en cambio, un elemento sin importancia.
|