Nuevos apartados:
Dolors Marin Tuyà.
Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
|
Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
|
|
|
Capítulo 6. La imparable abstracción.
Las transformaciones monetarias están demostrando
que la visión «metalista» aristotélica es incapaz
de permitir un equilibrio entre mercancías crecientes y moneda material
limitadora. La visión «nominalista» platónica
se refuerza en la práctica de la creciente abstracción de
los sistemas monetarios actuales.
Las letras de cambio, los billetes de banco convertibles en metal y el
papel moneda totalmente inconvertible actual han sido ensayos prácticos
para desvincularse del yugo del oro. Las anotaciones, manuales o electrónicas,
en cuentas corrientes, acaban imponiendo la total abstracción de
la moneda como reconocimiento de deuda y unidad de cuenta.
La inercia que dificulta el cambio de instituciones es debida a muchos
factores. Unos son de carácter técnico -determinada incapacidad
instrumental para llevar a cabo una nueva propuesta-; otros son debidos
a la propia dinámica humana, donde todo cambio siempre es costoso.
Pero también se dan «inercias» más o menos conscientemente
mantenidas y defendidas por los grupos sociales que se benefician. No deja
de ser curioso que Aristóteles formulara su teoría precisamente
cuando Alejandro Magno expande el imperialismo griego y, por lo tanto,
cuando está practicando el metalismo con todas sus posibilidades:
compra de traiciones, transformación monetaria de abundantes botines
y de impuestos «metálicos», extensión-penetración
del comercio en países extranjeros... es evidente que la moneda
metálica es una buena arma de penetración invasora, cultural
y comercial, porque rompe fácilmente cualquier estructura económica
y de intercambio tradicional en los pueblos invadidos gracias a las facilidades
y a la magia encantadora de los metales preciosos.
Sólo
a partir de 1914 cuando, debido al agotamiento de las reservas de oro,
la guerra tiene que terminar en tres meses, se decide aprovechar la ocasión
para introducir el papel moneda desvinculado del oro. Así se abre
un nuevo camino de penetración y de explotación sutil con
el uso del papel moneda oficial, soporte legal del super-uso del dinero
bancario. La Segunda Guerra servirá para que empiece el fin del
oro a nivel internacional. Los acuerdos de Bretton Woods firmados en 1944
aceptaban que el dólar americano fuera convertible en oro. Pero
en 1971 el presidente Nixon denunció dichos acuerdos unilateralmente.
Desde entonces el papel moneda no tiene nada que ver con el oro ni con
ninguna mercancía, no representa ninguna cantidad de oro ni puede
ser convertido en él, ni en el interior de cada Estado ni a nivel
internacional.
El papel moneda se basa en la convención social, que ha hecho
de él el instrumento necesario de los actos de intercambio mercantil,
y en la confianza que se le da en tanto que instrumento que cumple adecuadamente
su función. Se trata de un valor auxiliar y abstracto. El sistema
monetario ha recuperado la teoría nominalista de Platón.
Y los hechos posteriores -cheques y tarjetas- todavía aumentan más
su abstracción.
Cuando se produce un cambio en el sistema monetario, es preciso proteger
la convención social con un conjunto de mitos y de signos que perpetúe
la confianza del viejo sistema en el nuevo. Llama la atención que
hasta hace sólo unos años todavía circulaban billetes
del Banco de España en los que se decía que éste «pagará
al portador la cantidad de x ptas» en oro, a pesar de que hacía
ya muchos años que esto era imposible de realizar. También
veremos un caso semejante en la forma cóncava de las tablillas sumerias
que son un vestigio del sistema esférico anterior (véase
el capítulo 10: «El retorno al
Edén»). También es curioso ver que, después
de 15 años de la muerte de Franco, aún sean de curso legal
las monedas que le proclaman «Caudillo de España por la gracia
de Dios».
Las dificultades para controlar la inflación monetaria y para
liberarse del peligro de la recesión; los gravísimos problemas
derivados de la hegemonía del dólar en el comercio internacional
y, especialmente, la deuda externa impagable; la dictadura del Fondo Monetario
Internacional y del Banco Mundial ejercida a favor de los estados fuertes
que los controlan; el divorcio entre la especulación financiera
y la economía real; el destructor olvido del sistema ecológico
por parte del sistema económico... son unos hechos importantísimos
para la vida de las personas y del planeta. Parece que estos hechos son
suficientemente graves como para intentar buscar en un nuevo sistema monetario
un instrumental más preciso con el fin de enfrentarnos a ello con
más eficacia.
Peter Drucker, prestigioso economista norteamericano, nada sospechoso
de posiciones subversivas, lo tiene muy claro: «Necesitamos una nueva
síntesis simplificadora de la realidad que recoja la actual realidad
económica. Si no aparece, podemos encontrarnos al final de la teoría
económica; es decir, no existirán fundamentos para la acción
del Gobierno que dirige el ciclo de los negocios y las condiciones económicas1».
«La economía transnacional es conformada y dirigida por los
flujos financieros que tienen su propia dinámica». «La
economía «real» de bienes y servicios no domina ya la
economía transnacional. Sí lo hace, en cambio, la economía
simbólica del dinero y del crédito. Cada día, el mercado
interbancario de Londres gira de diez a quince veces el montante de divisas
transnacionales...de las que son precisas para financiar los intercambios
mundiales de bienes y servicios». «El noventa por ciento o
más de las transacciones financieras de la economía transnacional
no sirven a lo que los economistas considerarían una función
económica. Sirven puramente a funciones financieras» «...es
la economía simbólica la que controla ampliamente a la economía
real2».
Cuando en el mes de mayo de 1990, el profesor Drucker fue nombrado Doctor
Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Barcelona sorprendió
a los asistentes con el inicio de su intervención: «Todos
somos conscientes de que vivimos en una era en que la tecnología
cambia muy rápidamente. Muchos creen que esto es 'alta tecnología'.
Actualmente, los cambios tecnológicos se producen más en
áreas consideradas de 'tecnología baja' o de 'no tecnología'
que en áreas de alta tecnología. Los cambios tecnológicos
más grandes de los últimos años no se han producido
ni en el área de los ordenadores ni en el de la biotecnología,
sino en el campo de la banca y las finanzas. De hecho, la banca está
pasando rápidamente de ser algo relacionado con el dinero a algo
relacionado con la información3».
Notas:
1Drucker,
Peter F., Las nuevas realidades, Edhasa, Barcelona, 1989, páginas
230-231.
2Íd.,
páginas 188-189.
3Drucker,
Peter F., Gestió de la tecnologia, discurso hecho en Barcelona,
1990.
|