Diario de un senador.
Mundo Diario. Jueves, 8 de Junio de 1978.
Concienciar al pueblo.
Llevo una larga campaña por pueblos del campo y barrios de ciudad llamando a la población a salir de su marasmo de 40 años. He explicado hasta la saciedad que la democracia electoral de representación es un gran bien para el país pero no agota el contenido de la democracia. Todos los tratadistas de la democracia reconocen como a su piedra fundamental el principio de que la soberanía reside en el pueblo. Eso no es populismo, es simplemente democracia y todas las Constituciones que se precian de democráticas incluyen, como nuestro Anteproyecto, artículos que posibilitan la intervención directa del pueblo en los poderes legislativos (80.4), judicial (109.1 y 117) y ejecutivo (97).
El fantasma de los referéndum franquistas volcó a todos los partidos excepto al de Fraga a recortar el artículo 85 en lo relativo al referéndum de iniciativa popular. Y así Fraga se erigió en defensor de la mismísima base de la democracia, mientras que partidos muy extendidos en el pueblo parecían atacar los derechos inalienables del pueblo. ¿Por qué lo hicieron? Según González Casanova, que promete hablar de ello más extensamente, porque «han tenido en cuenta la psicología de nuestra población insuficientemente concienciada, incluso en amplias zonas respecto a lo que es avance histórico o no».
Estoy de acuerdo en que existe esa insuficiencia de conciencia. Pero culpo en gran parte de ello a esos mismos partidos que quieren defender los intereses populares. Desde el anuncio de las elecciones legislativas a finales de 1976 hasta el día de hoy, no paran de poner dificultades a todos los intentos de organización unitaria de las grandes masas de ciudadanos no militantes en ningún partido. Si no hubiesen destruido la gran Assemblea de Catalunya que teníamos, al menos Catalunya, ahora, estaría suficientemente concienciada.
Lluís M. Xirinacs.