Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 6 de Junio de 1978.
El sí de los niños.
El literato Leandro Fernández de Moratín, en su obra teatral «El sí de las niñas» dice: «esto es lo que se llama criar bien a una niña. Enseñarla a que oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. La voluntad de las niñas ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se les permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten; con tal que finjan aborrecer lo que más desean; con tal que se presten a pronunciar, cuando se lo manden, un sí perjuro, sacrílego, ya están bien criadas».
La gran masa del pueblo, en los cuarenta años de victoria, se convirtió en un niño bien educado. ¡Y dijo sí tantas veces! Recordamos perfectamente el éxito rotundo de los referéndum franquistas.
Además del sí de los niños bien educados existen otros síes. Está el sí del adulto libre y verdaderamente democrático que es un caso raro. Se gobierna por la frase evangélica: «decid sí a lo que es sí y no a lo que es no, lo demás proviene del Maligno». También está el sí del político que no dice lo que él siente sino lo que le parece que conviene a la mayoría en un momento dado. Ese sí es un sí táctico o estratégico que, a veces, peligra de convertirse en el sí de los niños bien educados. A ese sí pertenecen las elecciones a enlaces sindicales, a concejales de Ayuntamiento y a diputados en Cortes, de los últimos tiempos del franquismo. A ese sí pertenece el referéndum de la reforma de Diciembre del 1976.
Los políticos nos hicieron creer que la participación en las elecciones del 15 de Julio fue un hecho democrático claro. Yo pienso que pertenece al sí político, estratégico o táctico. Y pienso que el pueblo participará en el referéndum constitucional que se avecina con el sí político o con el sí de los niños, pero quedará muy lejos del sí plenamente democrático y adulto que expresa lisa y llanamente el refrendo de un pueblo a una cosa que realmente le gusta.
Lluís M. Xirinacs.