Diario de un senador.
Mundo Diario. Miércoles, 5 de Julio de 1978.
Las soberanías al barrio.
Pocos barrios como el mío, el Clot-Camp del Arpa, (sin ningún mérito por mi parte) ha conseguido la casi unanimidad de sus diversas entidades para coordinarse y luchar por sus necesidades más urgentes. La coordinadora reúne, de momento, treinta y dos entidades, entra las que se cuentan cinco asociaciones de vecinos, siete partidos políticos, cinco agrupaciones deportivas, tres escuelas, centros parroquiales, centros morales o artísticos, el Foment Martinenc, Ateneos, comisiones de fiestas, etc.
En un barrio faltado totalmente de espacios verdes, de zonas deportivas, de ambulatorio, un barrio partido en dos, primero por la Renfe, luego por la Gran Vía Meridiana, y finalmente se teme por una gran vía rápida, un rayo de esperanzas se abrió cuando la estación ferroviaria del Clot se hizo subterránea. Esa esperanza creció cuando se preparaba el Plan Comarcal de Barcelona que preveía la recuperación de otras zonas.
Pero Viola, justo antes de la aprobación definitiva del Plan, hizo pactos privados de permutas y el horizonte se volvió a oscurecer.
Sin embargo, la coordinadora de entidades ha estado trabajando y negociando en estos últimos tiempos con tal sentido de responsabilidad y con tal seriedad que creo debe tomarse como modelo práctico de lo que se quiere decir cuando se afirma que la soberanía reside en el pueblo.
Se preocupó de buscar un equipo de cuatro arquitectos del mismo barrio. Ofreció al alcalde Socías la elaboración de un «Plan Especial de Reforma Interior» si el Ayuntamiento financiaba los trabajos y para entretanto la concesión de licencias. Simultáneamente no ha cesado de reivindicar los terrenos y edificaciones de la antigua zona ferroviaria.
Parece que Ayuntamiento y Renfe empiezan a comprender que estamos entrando en un momento político en el cual de nuevo se vuelve a ejercer la soberanía popular.
El Ayuntamiento aún calla. El pueblo se cansa de esperar y el domingo invadió la calzada de la Meridiana unos minutos como aviso.
Lluís M. Xirinacs.