Diario de un senador.
Mundo Diario. Viernes, 2 de Junio de 1978.
Guardia urbana.
Fueron protagonistas del Pleno del Senado el miércoles pasado. Tuvo lugar una interpelación de los socialistas sobre criterio y política del Gobierno relativos al estatuto profesional asociativo y económico y de Seguridad Social de los miembros de la Policía Municipal. La respuesta fue a cargo del ministro del Interior, Martín Villa.
Me interesó especialmente la intervención de Socías Humbert. Se puso el sombrero de guardia urbano. Al menos hizo el gesto, porque resulta que el alcalde es el jefe de la Policía Municipal.
Empezó diciendo que prefería el nombre de Guardia Urbana al de Policía Municipal. Y explicó su preferencia con razones de fondo. Dijo que convenía distinguir bien las diferencias entre la Policía Gubernativa y la Guardia Municipal, como también convenía separar las dos nociones de orden público y orden ciudadano. El orden público vigila problemas de carácter general y político. El orden ciudadano trabaja en temas particulares, concretos, muy pragmáticos. La Policía defiende su autoridad con las armas. La Guardia Municipal defiende su autoridad con un espíritu de servicio a todo ciudadano que se haga merecedor.
La Guardia Urbana, por su entrega, tiene tanto prestigio que los partidos y sindicales la reclaman para vigilar las manifestaciones que organizan. Socías también pidió que desaparecieran los militares de los altos cargos de la guardia municipal.
En su respuesta, el ministro no aceptó esa separación de competencias tan clara.
Me contaba un senador de Lleida que le desapareció el coche de donde lo dejó y un guardia solícito se apresuró a decirle que la grúa lo había aparcado bien un poco más allá.
Lluís M. Xirinacs.