Diario de un senador.
Mundo Diario. Miércoles, 26 de Abril de 1978.
Siempre hay dinero.
Desde el barrio suburbial más olvidado, como pueda ser Vinyets-Molí Vell de Sant Boi de Llobregat, como las Islas Canarias, a la salida de la larga dictadura, recogemos la lúcida herencia de los más escandalosos déficits económicos y sociales. La grandeza del desarrollismo español fue para pocos y se hizo a expensas del pueblo.
El barrio de Vinyets-Molí necesita un semáforo urgente. Evidentemente necesita muchas cosas más. Pero los coches ya llevan matados a unos cuantos niños del barrio. Se supone que si no se coloca el semáforo no es por el prurito sádico de que aumente el número de los accidentes sino por falta de presupuesto, como ocurre con la falta de consultorio médico en otro barrio de Sant Boi al que me refería ayer.
Lo raro es que las manifestaciones de Vinyets-Molí Vell son reprimidas por los anti-disturbios, equipados con flamante material de choque.
Lo mismo, multiplicado por mucho, ocurre en Canarias país que se ahoga en su desgracia económica. Ha sido esquilmado sin piedad. Está exhausto. Ahora apuntan vientos secesionistas. Se cansaron las Canarias de sufrir y esperar y parece que insinúan querer marcharse de la «tutela» del Estado español.
¿Cómo responde este Estado? Unas promesas de ayuda económica, pero, mucho más en serio, el establecimiento de una gigantesca base naval y una serie de bases aéreas coordinadas. Una montaña de millones, cuyo monto no se dice por prudencia. ¿No sería más práctico para evitar el peligro de separatismo invertir estos miles de millones en desarrollo económico y social?
Lluís M. Xirinacs.