Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 18 de Abril de 1978.
Tu eres rey.
Recién salido de la dictadura con el cerebro mutilado por cuarenta años de vida de ratas, lucimos un simplismo encantador, como aquellos adolescentes con ojos grandes que quisieron comer el mundo. Pensamos de la democracia cuatro lugares comunes: legalización de los partidos políticos, elecciones legislativas, promesas de autonomía, elecciones sindicales y, cuando lleguen, elecciones municipales. Para el ciudadano común en la práctica democracia significa leerse la propaganda y votar de cuando en cuando.
Y en verdad, esa liturgia anual no basta para instaurar la democracia. La democracia o gobierno desde el pueblo implica y exige del pueblo unas responsabilidades mucho más hondas. Implica y exige salir de la guardería infantil en la que el ciudadano común ha estado encerrado durante cuarenta años y asumir la responsabilidad básica de toda la realidad social.
Hasta ahora sólo se nos ha permitido responsabilizarnos de los destinos de nuestra persona y de nuestra familia. Los destinos colectivos estaban bajo control de los vencedores que se cuidaban bien de decir que la política, esa misma política que se reservaban en exclusiva para ellos era cosa mala.
Como nos explica González Casanova estos días, la futura Constitución afirma en su artículo primero: «Los poderes de todos los órganos del Estado emanan del pueblo..., en el que reside la soberanía». Más claro no se puede decir.
Lector, despierta. Eres soberano. Si alguien te dice que eso es populismo, es un impostor. Eso es ser pueblo de verdad. Ninguna Constitución que se quiera presentar ante el mundo como democrática puede esquivar esa afirmación en su primer artículo.
Lluís M. Xirinacs.