Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 4 de Abril de 1978.
Leyes injustas.
El miércoles pasado aterrizó en el Senado un proyecto de ley de modificación de determinados artículos del código Penal y de la ley de Enjuiciamiento Criminal, que fue aprobada y que, por tanto, según cálculos aproximados, pondrá rápidamente en la calle a unos mil quinientos reclusos y bajará tiempo de condena a otros muchos.
La izquierda de la Cámara, por boca de Villar Arregui, quería mejorar el proyecto. Tiene serios defectos. Se trata con el mismo rasero delitos totalmente diferentes. Pero, de pronto, a UCD le cogió una prisa terrible y empezó a acusar a la izquierda de entorpecer la aprobación de la ley y la inmediata salida de los presos a la calle.
Con aire socarrón, Antonio García Mateu dijo: «Si tanta prisa tiene UCD por soltar presos, ¿por qué no votó a favor de la ley de Indulto en el momento en que se presentó?» El Ministro de Trabajo y senador, Calvo Ortega, sentado en su banco azul, sin mover su cabeza inclinada sobre unos documentos, giró sus ojos hacia mí. Por encima de la discusión planeaba el espectro del indulto, de los motines, de las muertes.
El día 20 de Octubre, hace más de medio año, estuve con el ministro de Justicia hablando del indulto a los presos sociales. Ya entonces el ministro me habló de la modificación de esos artículos del Código Penal y de la ley de Enjuiciamiento Criminal. Reconoció, ya entonces, que se trataba de leyes injustas y que había que cambiarlas. Poco después los Pactos de la Moncloa ordenaban cambiar éstas y otras leyes que retenían injustamente en la cárcel a muchos presos.
Pues bien, se ha retenido injustamente, con plena conciencia, a miles de presos en la cárcel durante medio año. Sabemos que es difícil y lento un cambio de leyes. Aún hay varias que están por cambiar... y lo que tardarán. Para paliar esta injusticia y dar tiempo a la reflexión de los legisladores, la jurisprudencia inventó la figura del indulto.
Lluís M. Xirinacs.