Diario de un senador.
Mundo Diario. Viernes, 24 y sábado, 25 de Marzo de 1978.
Los hijos sin derechos económicos.
Llega un día en que la pareja que se quiere tiene un hijo, deseado o no deseado. La vida de la pareja se llena de sentimientos nuevos, vehementes, difíciles de describir, donde se mezcla la ternura, el rechazo, el amor, el deseo de la continuidad de la propia existencia, el más bello juego, la abnegación aceptada o soportada. Esta situación es tan absorbente que los padres se abstraen del contexto social y de la vinculación que la novedad de un hijo tiene con el resto de la sociedad.
Es muy cómodo para esa sociedad de hoy designar a los padres como casi exclusivos responsables de la larga etapa de desarrollo de los futuros adultos. Los padres deben cargar con casi todos los costes de unos hombres que luego casi no devolverán nada a sus progenitores y que en cambio contribuirán ampliamente a sufragar los altos costos de una sociedad cada vez más dotada de instituciones colectivas.
Si consideramos un niño como inversión a largo plazo para la continuidad y perfeccionamiento de la especie humana, es necesario aceptar que aparte de los esfuerzos incontables aportados por los padres, ahora vendría a costar unos dos millones de pesetas, promedio, (7000 pesetas por mes y niño).
¿Por qué han de pagar ese dinero los padres? ¿Por qué no hay educación, guarderías, servicios deportivos y culturales gratuitos para todos? ¿No es una vergüenza la retribución de 250 pesetas en concepto de puntos por hijo y mes? ¿Y la atención pediátrica actual de la Seguridad Social? ¿Y los impuestos a los padres de familia?
Los miembros del grupo de Derechos Humanos de Sant Medir de la Bordeta me encargan de que haga llegar las reflexiones al público y a las autoridades a propósito de la campaña que promueven a favor de los Derechos del Niño proclamados por la ONU.
Lluís M. Xirinacs.