Diario de un senador.
Mundo Diario. Domingo, 19 de Marzo de 1978.
Adhesión a los parados.
Trabajadores en paro, reunidos en Madrid desde todos los pueblos del Estado español, representantes y responsables del millón y medio largo de hombres que no pueden ejercer el derecho fundamental al trabajo, marginados inexorablemente por los amos de la fuerza acumulada de vuestra laboriosidad.
Os pararon sin contemplaciones, muchos de esos amos del capital en busca de beneficios mayores en otros países, en busca de seguridades para mantener la posesión injusta de tanto sudor humano acumulado en sus manos por un sistema económico sin entrañas en busca de desestabilizar los intentos democráticos del pueblo, en busca de provocar un gigantesco «dúmping» para que sus pérdidas de ahora hundan la resistencia de las clases trabajadoras y se transformen en riquezas fáciles después; algo parecido a lo que ocurrió cuando la gran banca apostó a favor de la guerra destructiva de Franco.
¿Para que va a servir la libertad al pueblo si luego este pueblo va a andar cayéndose muerto de hambre, de enfermedades, de incultura, de desesperanza?
Pero la paralización de la voluntad de justicia de los trabajadores está acabando. Los paralíticos andan. Los parados os habéis puesto en marcha. El máximo error político consiste en minusvalorar la fuerza del hombre oprimido. La humanidad es tan recia que reacciona con tanta más fuerza cuanto más se le oprime. El sufrimiento despierta al hombre y lo une por encima de credos, ideología, partidos y naciones.
Unidos en la lucha, estáis hoy reunidos muchos miles de marginados por falta de trabajo para confusión y vergüenza de los sabios, de los prudentes, de los calculadores, que no movieron un dedo por ayudaros, para avisar a los explotadores que no se explote impunemente.
Ausente, por no atender a los trabajadores que fueron enviados a Suiza sin miramientos, en pos de los capitales evadidos sin escrúpulos, os expreso mi total adhesión a vuestras reivindicaciones y os ofrezco mis servicios, tanto o como yo pueda, para que pronto haya para todos pan, trabajo y libertad.
Lluís M. Xirinacs.