Diario de un senador.
Mundo Diario. Jueves, 16 de Marzo de 1978.
Zurra a los parlamentarios.
En «El Imparcial» del domingo 12-3-1978 el titular es de tres centímetros, dice: «El pueblo pide a senadores y diputados: DIMITAN». Ya dentro, en la sección habitual «Cosas de Yale», este periodista explota acusando a los parlamentarios, diputados y senadores, de no defender los intereses de España sino los de los partidos. Para él las Cortes actuales son un espectáculo triste y tan inútil como aquel «sí, señor» de antaño. Cuenta que en aquella sesión maratoniana del Congreso, que acabó a las cinco de la madrugada, después de desmayos y lipotimias, después de la reventada de los pobres taquígrafos, se llegó a unas conclusiones que el mismo periodista Yale ya tenía escritas trece horas antes. Todo estaba previsto.
También yo pienso que, quizá por falta de entreno, por aquello de que los partidos llevan cuarenta años –que no son pocos– esperando una oportunidad de participar en el poder, estas grandes formaciones políticas no saben distinguir entre la tarea de partido y la tarea a nivel de Estado. Y olvidan continuamente la última. Donde se ve mejor eso es en el abandono y dejadez con que se tratan las cuestiones económico-sociales más urgentes. Varias veces he pedido a los senadores que se olviden un poco de sus intereses de partido y que voten pensado en el conjunto del Estado. Siempre ha resultado inútil. Y el público está hondamente confundido y desanimado.
Yale, como cualquier periodista, es persona disfrazada habitualmente de la frivolidad propia del género, que de vez en cuando demuestra toda su profundidad.
No por senador, sino porque la prensa de Barcelona me permite este correo de urgencia, me gustaría citarme con Yale, que nos ha pegado a todos los parlamentarios un vapuleo del cual acuso recibo.
Lluís M. Xirinacs.