Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 14 de Marzo de 1978.
Unió de Pagesos.
Atardecía el domingo pasado, cuando llegué al cruce cerca de La Granadella donde la Unió de Pagesos tiene una gran concentración de tractores. Había estado en Arbeca y Les Borges Blanques, todo en la comarca de les Garrigues, eminentemente agrícola y, como tal, abandonada de la mano de Dios. No hay buenas carreteras, Tuvimos que dar una vuelta inmensa hasta Lleida para pasar de Les Borges a la Granadella y luego volver otra vez a Lleida para regresar a Barcelona.
Hacía un viento muy frío en aquel lugar elevado. Una fogata llenaba de humo al triste mortal que quería calentarse. La Guardia Civil ordenaba el tráfico. Pocos momentos antes se habían marchado miles de campesinos que estuvieron toda la tarde concentrados. Ahora sólo quedaban unos centenares. Algunos montarían la guardia toda la noche.
Fue el primer pueblo que empezó la huelga. Llevaban ya seis días con el duro clima de invierno continental, con las tensiones inevitables en toda huelga, con la angustia de unas negociaciones que no llevan a nada, con la tenaza del trabajo parado y urgente. Hay que labrar, hay que podar, hay que sulfatar. Se pasa el momento adecuado.
Me dieron el megáfono. Animé como mejor supe la sufrida concurrencia que escuchaba atenta. Prometí avisar a la Entesa dels Catalans. Luego en corro amplio cada uno decía lo suyo. Gente sencilla que no piensa en hacerse rica. ¿Es suficiente la huelga de tractores? Martín Villa dice que los tractores pueden quedarse ahí el tiempo que quieran.
Se inició la retirada de dinero de bancos y cajas. Uno propone que con ese dinero se constituya un banco de la Unió de Pagesos que ayude con sus créditos a los agricultores ahogados por los intermediarios.
Es noche cerrada. Estoy helado. En el coche, de vuelta, me caliento. Ellos al raso montando la guardia.
Lluís M. Xirinacs.