Diario de un senador.
Mundo Diario. Viernes, 10 de Marzo de 1978.
El nuevo gobierno ante el Senado.
Esta tarde en el Senado se ha replanteado una interpelación al Gobierno sobre el cambio habido en el gabinete que ha afectado a varios ministros, paralela a la que levantó tantas tempestades en el Congreso. Villar Arregui ha sido el interpelante. Tampoco aquí ha respondido Suárez, «el gran ausente» según Villar. Respondió Landelino Lavilla, ministro de Justicia.
Aquí no se ha dado tempestad ninguna. Aquí manda la derecha. Además del ministro, habló Jiménez Blanco de UCD y Azcárate de la Agrupación Independiente, a favor del Gobierno. A favor del interpelante, sólo una desvaída intervención de Ramos Fernández-Torrecilla, del PSOE. Otra intervención no era posible según el reglamento y los oradores estaban ya pactados en la junta de portavoces. Sugerí la intervención de nuestro economista Subirats. No pudo ser. Mordaza.
Pongo, pues, aquí mi opinión. El Gobierno no ha respondido en absoluto al fondo de la cuestión puesta por Villar Arregui. Fuentes Quintana, según confesó él mismo, se marchó porque su plan de saneamiento topó con Obras Públicas en los temas de equipamiento colectivo, con el Ministerio de Sanidad en los temas de la Seguridad Social, como también en la reforma estructural de diferentes sectores productivos de industria pesada, de industria textil, en sus intentos de frenar el paro y suprimir los canales privilegiados de financiación.
Creo que todo lo dicho supone una crisis fundamental del plan de saneamiento que el Gobierno dice querer continuar. No se trata pues de una remodelación del gabinete en vista a mejor servir el plan sino de una crisis del gabinete surgida por la diferencia de criterios sobre la línea económica.
Han triunfado los fuertes. Ha fracasado el plan. Hay cambio real de política económica.
Las palabras del Gobierno no valen. Si hay crisis y no remodelación el Gobierno, en buena técnica democrática, debía consultar a su partido y dar explicación a las dos Cámaras. Pero nos ha engañado, como nos engaña cada día cuando dice que está cumpliendo los Pactos de la Moncloa. En Barcelona lo hemos visto con el consejo de guerra contra «Els Joglars».
El portavoz de UCD, el nuevo, el que se estrena, hoy se ha quejado de que los parlamentarios molesten al Gobierno por estas nimiedades, con esas palabras: «No queremos un Gobierno paralítico. Queremos un Estado fuerte».
Recuerdos de viejas palabras. Creí que hablaba el portavoz de Alianza Popular.
Lluís M. Xirinacs.