Diario de un senador.
Mundo Diario. Domingo, 5 de Marzo de 1978.
Instantánea de un día.
Hoy era mi día de descanso.
Por la calle me ha parado una señora. Me ha dicho que Castilla estaba mucho más oprimida que Catalunya. Ve sobre todo el aspecto económico. Ahora sus hijos sufren discriminación en la escuela, aquí en Barcelona, por ser castellanos.
Un poco más allá, desde un andamio de un tercer piso, un obrero de la construcción me ha gritado «Hola, Xiri!».
Luego un ex preso me ha interpelado. No tiene trabajo. Le echan de casa. Lleva sólo tres duros. ¿Qué solución tiene? ¿Otra vez el navajazo?
He tenido que escribir y buscar la manera de transmitir mis dos artículos diarios. En el «Avui» sobre L'Olivera de Vallbona de les Monges, un experimento de comunidad entre gente normal y gente deficiente. En el del MUNDO DIARIO me defiendo de las andanadas que lanza contra mí un editorial de «Diario 16» porque me abstuve de votar contra la OUA.
Llegué a casa y me telefonea Cubillo desde Argel. Oyó por Radio Nacional la explicación que di de mi abstención, la grabó, la dio a escuchar a los asistentes a la Conferencia de Trípoli de la OUA y me quiere felicitar en nombre del pueblo canario. Él se adhiere a mis tesis. No me pide que yo me adhiera a las suyas.
Luego telefoneo al senador por Alicante, José Vicente Mateo Navarro. Mañana voy a Alicante. A él también le atacan por su abstención y recibe, en cambio, adhesiones del pueblo canario. Me sugiere ir a Canarias. Me lo pensaré.
Esta noche participo de una rueda de prensa organizada por «Trobada d'Esglésies». Antes debo cenar en casa de Agustí de Semir con los participantes para repartir las intervenciones. Pero se interfiere la lucha desesperada de tres guarderías laborales de Santa Coloma. El Ministerio de Trabajo se niega a pagar cinco millones que prometió. Los ha gastado en otra cosa. Quinientos niños a la calle. Veinticinco trabajadores de la enseñanza con carnet de paro. Al Estado le saldrá más caro pagar el paro que ayudar a las guarderías. Santa Rosa, San Francisco y San Miguel. Los maestros y familiares están plantados delante del Ayuntamiento. Les hago una visita relámpago. Me marcho angustiado. No sé hacer visitas protocolarias.
Los dos taxistas, de ida y vuelta, me han reconocido y me animan. Llego tarde a la cena. La mesa redonda con Oleguer Bellavista, Agustí de Semir, Benigno Marcos y María Carmen Vázquez, en la Sala Newman, versa sobre los presos y la conciencia cristiana. Ambiente cálido. Doscientas cincuenta personas. Mucha unanimidad. Se llega a unas conclusiones que ya no aparecerán en la prensa.
Pasadas las doce de la noche se me avisa que un expreso del Ferrol que se declara objetor de conciencia, se le ha castigado a pesar del «estatus quo» actual sobre objeción de conciencia y está en huelga a muerte. Debería intervenir.
Lluís M. Xirinacs.