Diario de un senador.
Mundo Diario. Sábado, 4 de Marzo de 1978.
«Diario 16» y Canarias.
No sé qué grave ofensa habré inferido yo a «Diario 16» para que continuamente se meta conmigo de la forma más inconsiderada.
Porque un día, en Donosti, después de una larga explicación ante la prensa, donde no estaba ningún representante de «Diario 16», dije que entendía a la ETA, se levantó el periódico en denuestos contra mí pidiendo que me justificara por mi manera de pensar ante el mismísimo Senado. Se ve que me tendré que justificar muchas veces porque, por ejemplo, también entiendo el fascismo aunque no comulgue con él y muchas otras cosas.
Luego, creo que a propósito de la derrota de la propuesta de Ley de Indulto para los presos sociales, pontificaba sobre este pobre senador porque «la insignificancia es su reino de este mundo».
Ahora –1, 3 del 78– a propósito de mi abstención ante la protesta del Senado por la voluntad descolonizadora de Canarias por parte de la OUA, me llaman «inefable Buda», «Pío senador catalán», «cristiano senador con suficiente manga ancha para entender el argumento del tiro en la nuca».
Sobre el problema de Canarias y sobre mi abstención en el Senado expuse mi opinión pública y claramente, al día siguiente de la votación, el MUNDO DIARIO y en el «Avui» –24 del 2 del 78–. También salió en antena de Radio Nacional de España el mismo día 23 en una entrevista realizada por Fernández Céspedes. Y resulta que «Diario 16» descubre el Mediterráneo en unas subversivas declaraciones mías magnetofónicas blandidas por Cubillo en la conferencia de Trípoli de la OUA. «Diario 16» no oyó lo que pudieron oír todos los radioescuchas del Estado español.
No oyó el magnetofón de Cubillo en Trípoli. Como tampoco estuvo en Donosti cuando expliqué detalladamente qué es lo que entendía de ETA. Ni leyó mis declaraciones puntuales en los periódicos barceloneses. Pero juzga y condena a troche y moche.
«Diario 16», un día, dice que la insignificancia es mi reino de este mundo, a los pocos días dice que estoy sirviendo –no ya sólo al oro de Moscú–, a Washington, a Moscú y a la OUA, ¡La tricontinental!
Mucho más reconfortante y más gratificador para mi lucha contra éstas y otras abundantes hipocresías patrioteras es la noticia de una próxima visita del presidente Suárez a las Canarias para anunciar un plan de realizaciones concretas en materia económica, social, educativa, pesquera, etc. Eso es descolonizar, si se lleva a la práctica. Abstenerse, como yo lo hice, no es avalar a Cubillo ante la OUA. Pero tampoco es avalar el colonialismo de nuestro Estado. Sólo digo que el descolonizador que descolonizare de verdad, buen descolonizador será.
Lluís M. Xirinacs.