Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 28 de Febrero de 1978.
Clamor contra una bomba.
Presidida por Romesh Chandra, presidente del Consejo Mundial de la paz y por Costa e Gomes, expresidente de Portugal, el domingo pasado tuvo lugar la conferencia internacional contra la bomba de neutrones.
Allá estaban los representantes de EE.UU hablando contra la bomba que se ha creado en su país. Nos explicó detalles técnicos de la bomba, el presidente, también americano, de la Confederación Mundial de Trabajadores Científicos. Diputados al parlamento de diferentes países dieron detalles de sus intervenciones en sus cámaras legislativas. Un congresista del partido laborista inglés nos explicó su interpelación al premier británico Callaghan también laborista, que se había definido a favor de la bomba, para que reconsiderara su toma de posición. En la misma Norteamérica 109 diputados votaron con el Congreso contra la bomba. Los gobiernos de Noruega, Dinamarca, Bélgica y Holanda están en contra también. Pertenecen a la OTAN, el último es el bastión principal de la OTAN en Europa.
Es una bomba perfecta, sólo destruye la vida y deja las construcciones materiales intactas. Como dice el «Times»: Es una superarma capitalista que coloca los bienes por encima de los hombres o como ha dicho Egon Bahr, secretario general del Partido Socialdemócrata de Alemania es el símbolo de la perversión del pensamiento.
Incluso Hervert Scoville Jr. antiguo jefe del departamento de proyectos de armas especiales del Pentágono y director adjunto de la CIA, ha insistido para que el proyecto «regrese a los cajones». Y el senador republicano Mark Harfield ha afirmado: «en la bomba de neutrones hay una responsabilidad más grande aún que en el caso de todas las decisiones precedentes desde el sí dado por Harry Truman a la utilización de la bomba atómica contra el Japón».
Es natural que las delegaciones española y catalana, del Congreso de la Paz, por boca de este senador, que representaba además a la Entesa dels Catalans, apoyara la campaña en contra y prometiera extenderla a nuestro país, hasta ahora algo distraído del peligro de su almacenaje en las bases militares americanas de nuestro territorio.
El slogan es: «Fuera la bomba de neutrones en nombre de la vida misma».
Lluís M. Xirinacs.