Diario de un senador.
Mundo Diario. Sábado, 18 de Febrero de 1978.
Posiciones testimoniales.
Evidentemente, a pesar de los goles y las alturas de UCD, estoy en contra del pacto pesquero hispano-marroquí. Pero ¿en qué quedó la votación en el Congreso? Dice muy bien el editorialista de MUNDO DIARIO de ayer que «el partido en el Gobierno ganará todas y cada una de las votaciones en las que se defiendan intereses de la derecha». En el Congreso hay 350 escaños. La mitad son 175. La UCD más AP ocupan 166 más 16: igual a 182 escaños. Lo tienen todo ganado por mucho que se discuta. En el Senado, UCD sola ya sobrepasa la mitad.
Y concluye MUNDO DIARIO: «por ahora, a la izquierda española, no le queda otro derecho que el de la denuncia». Eso es normal en una democracia, la oposición minoritaria o se calla o denuncia. Y el público, si hay denuncia, queda orientado claramente para futuras elecciones.
Pero todas las veces que he propuesto cosas denunciables a Senadores de izquierda, por otra parte de las que decían estar convencidos, me sacaban la tarjeta blanca de «testimonialismo» y bonitamente me descalificaban y me marginaban del campo de juego.
Recuerdo, con tristeza, aquellas viejas tretas de los tiempos de la clandestinidad, que usaban los diferentes grupos para marginar a contrarios en asambleas con una sola palabreja acabada en «ista»: Aventurista, oportunista, liquidacionista, reformista, revisionista, etc... Se levantaba uno muy solemne y colocaba el San Benito al otro, quedaba confuso y destrozado, si en aquel momento no tenía a mano el cartelito igual y contrario, también acabado en «ista». Una palabra sola bastaba.
Estos días pasados se me ha acusado fácilmente de testimonialista.
Se me ha tildado de profeta enfrente de los legisladores. Y digo yo que mientras la oposición sea minoritaria en un tema, sólo puede ser opción de futuro y por tanto profética. También fue profético el plan PSOE para resolver las cárceles. Se me dijo que las posturas testimoniales no son rentables políticamente. Aún no se ha demostrado que la postura contraria en el Senado haya dado resultado alguno positivo y, en cambio, se ha perdido la enorme fuerza de la denuncia y el servicio de claridad informativa honrada de las propias posiciones ante el público que necesita saber quién es quién. Esto referido a los temas en que se defiendan intereses de la derecha.
Existen, en general, en la oposición de las Cortes, las dos tendencias, la del esconderse y la del denunciar, ante la inevitable derrota. Me gustaría que también otros opinaran sobre cual es más rentable políticamente.
Lluís M. Xirinacs.