Diario de un senador.
Mundo Diario. Miércoles, 14 de Diciembre de 1977.
Dialogante Belloch.
Hoy debo unas líneas al gobernador civil de Barcelona. Cargo ambiguo, tradicionalmente odioso para los catalanes, ocupado hoy por un hombre de diálogo. Leía en los periódicos, cuando fue gobernador civil de Donostia, que públicamente se excusaba de una actuación de la fuerza pública. Y la población no lo creía. Él mismo dijo que tantas veces había deformado los hechos el Gobierno Civil que esta vez, cuando la cosa era verdad, nadie lo quería creer.
Recuerdo también cómo me recibió la primera vez que me llamó a propósito de la última campaña de amnistía. Las máximas atenciones. Cuando me marchaba, me dijo: «Ya ve que es mejor hablar y tratar de entenderse que llevar cada uno la guerra por su cuenta. Siempre que tenga algún problema, me telefonea y tomamos un café juntos». No estaba acostumbrado a un trato así.
No quiero aquí avalar todas las actuaciones del nuevo gobernador. Sólo subrayar que, en estos últimos días, he apreciado su gran esfuerzo dialogante a propósito de los minusválidos y de los mineros de Fígols. No puedo, en aras de la discreción, ser más explícito, pero me gustaron palabras suyas que presencié por casualidad, pues durante mi entrevista se vio obligado a diferentes actuaciones por teléfono.
Ser dialogante es difícil para la parte que manda y para el ciudadano. Los primeros siempre mandaron sin escuchar. Los segundos siempre protestaron sin dialogar, porque no eran escuchados. Se formaron por los dos lados hábitos inveterados, de choque ciego y de lucha frontal. A la autoridad le resulta infinitamente más cómodo gobernar sin escuchar. Ahora que escuchar, y después de tantos años de abandono, el cúmulo de problemas, la cantidad de personas o grupos que se atreven a acudir a un gobernador crecen fuera de toda mesura.
No sé si Belloch resistirá ese tren diario de intervenciones, pero nos está enseñando a todos a sustituir la fuerza de los puños por la inteligencia. Y no será por falta de fuerza.
Lluís M. Xirinacs.