Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 6 de Diciembre de 1977.
El Consell de la Generalitat.
No he intervenido nada en la formación de este Consell. No sé si hice bien o hice mal. Se ha repetido hasta la saciedad en los tensos forcejeos de última hora de los misteriosos pactos de Perpinyà, que la composición del Consell debía reflejar el resultado de las elecciones del 15 de Junio.
Ya en la negociación de la preautonomía se vió que el hacer prevalecer el resultado de las urnas catalanas sobre la situación de hecho de o correlación de fuerzas nos hizo perder poder a Catalunya. Temo que ahora vuelva a pasar lo mismo. Tendremos, en el mejor de los casos, un Consell con mucha izquierda por un tiempo y mientras, los que nos han de dar poderes se nos van a volver tacaños. Creo que es un tema para reflexionar. Las ventajas estructurales deberían privar por encima de las ventajas coyunturales. Y no creo que se haya tenido muy en cuenta este principio por parte de las fuerzas ganadoras.
Extrañamente las urnas del 15 de Junio no han sido tenidas en cuenta absolutamente para nada a la hora de reconocer voluntades populares sobre los senadores. Como si no existiésemos.
No sé si mis votantes me van a pedir cuentas de mi absentismo absoluto a la hora de las visitas a Tarradellas en vistas al Consejo. De momento nadie me lo ha recriminado y algunos lo han visto bien. No todo se agota en el Consell. Es urgentísimo que el ciudadano trate de asumir sus propias responsabilidades y no crea infantilmente que la Generalitat lo arreglará todo. Y para que el ciudadano asuma sus responsabilidades hay que trabajar de firme en la base de la sociedad. Y en eso estamos.
Lluís M. Xirinacs.