Diario de un senador.
Mundo Diario. Viernes, 18 de Noviembre de 1977.
Tirar pelotas fuera.
El día que me puse de pie en el Senado para pedir amnistía, el «ABC», en primera plana, se burló de mí. Otros periódicos también lo hicieron. Aquel mismo día medio Senado, en un momento de la sesión, se levantó en bloque y se fue. Nadie se burló del hecho ni lo encontró desaforado. Porque eso de marcharse ya se ha hecho otras veces y eso de permanecer de pie, a pesar de ser más respetuoso y más constructivo porque permite seguir participando en los debates, no es costumbre de las tradiciones parlamentarias occidentales.
Se suele confundir lo insólito con lo ridículo. O se quiere hacer confundir para matar el aviso urgente que molesta, para tirar las pelotas fuera cuando lo que conviene, según se desarrolla el partido, es más conservar el tanteo conseguido que arriesgarse en aventuras. En esas burlas e ironías que abultan en el tendido de la derecha hay mucho de conservadurismo y poca cosa de verdadero humor.
Ahora se vuelve a repetir el juego ante mi nueva actitud de no asistir a las sesiones del Senado. «El País» soltaba: «El nuevo número de Xirinacs». Nemo, en «Ya» dice: «Xirinacs es noticia. Esto no quiere decir que sea importante sino que es pintoresco. Y aunque otros más pintorescos que él ha habido, a ellos no los hicieron senadores.» Otra vez llaman a tirar pelotas fuera. Siguen un artículo largo, documentado. Cita a nada menos que a Mommsen, y a Ruiz Zorrilla y a Antonio Maura. Centra su argumentación en que la retirada, la actitud de «¡no juego!» ha sido una constante histórica nuestra que ha llevado a la esterilidad política. Argumento flojo porque se pueden aducir por lo menos tantos «¡juego!» como «¡no juego!». Y ha habido juegos escalofriantes. Se criticó en Nuremberg el juego a favor de Hitler de tantos obedientes militares. ¡Cuántos tristes juegos hemos tenido nosotros también! No irá el señor Nemo a cargarse toda la oposición que no jugó, en bloque, durante cuarenta años a un juego alucinante y remunerador.
De todos modos yo estaba en esta oposición, y muy radical por cierto, y me avine a entrar en el nuevo juego. Me presenté incluso a candidato y soy senador del reino, aunque muchas cosas no me gusten y si supiera que este poco útil Senado se iba a venir abajo por mi ausencia transitoria volvería a entrar rápidamente. Y entraré pronto porque, de una manera u otra, se dará pronto un indulto, como se consiguió la amnistía, mal que les pese a algunos jugadores. Porque en la izquierda no se burlan de mis gestos en momentos críticos. Nos soportan, nos sufren y tratan de hacer lo que pueden en una situación de inferioridad por culpa de unas elecciones democráticamente deficientes.
Pero Usted, señor Nemo, ni sabe que existen presos que se abren las venas, presos que languidecen de hambre, presos que se suicidan de desesperación y prisiones que se destruyen. Eso sería no tirar pelotas fuera.
Lluís M. Xirinacs.