Diario de un senador.
Mundo Diario. Viernes, 14 de Octubre de 1977.
Senadores transparentes.
¿Le gustaría a usted que los senadores tuvieran que declarar sus bienes y sus actividades remuneradas? Pues esto ha sido aprobado en el Pleno del Senado.
¿Le gustaría que esta declaración fuese tan precisa que enumerase: las empresas, instituciones o asociaciones para las que trabajan; si ostenta cargos de presidente, asesor, miembro de consejo de administración de una sociedad, cooperativa, empresa; si es agente fiduciario o albacea testamentario; el tipo y naturaleza de los asesoramientos, los contratos con grupos de interés, empresas, organizaciones, asignaciones electorales o para el ya senador; sus relaciones de interés en asuntos de aquellas comisiones senatoriales en las que participe?
Sería bello, ¿no? Y que luego renunciaran o al sueldo de senador o al otro sueldo, proveniente de cargos de libre designación o confianza.
Pues eso ha sido derrotado. Lo quería la izquierda y la izquierda es minoría. Ochenta y seis contra ciento doce. Los senadores quedan sólo semitransparentes.
Se ha dicho: «No nos gusta el tráfico de influencias.» «En el reino de la oscuridad se tiende a suponer una corruptela detrás de cada político.» «Hay que distinguir entre los intereses legítimos y los de especulación». ¿Quién podrá impedir la encuesta de investigadores privados?».
La derecha decía: ¿Por qué tanta desconfianza contra los senadores? La izquierda decía: ¿Por qué esconder lo que no es vergonzoso? Ganó la derecha. Aviso para futuras elecciones.
Dicto el artículo a las 12 de la noche. Mañana, la amnistía política.
Lluís M. Xirinacs.