Diario de un senador.
Mundo Diario. Sábado, 1 de Octubre de 1977.
Una cuestión de Estado.
Unas admirables declaraciones de Salvador Sánchez-Terán en Televisión han colocado el restablecimiento de la Generalitat Provisional más allá de una descentralización, más allá de una cuestión de partidos de derecha o de izquierda y más allá, incluso, de las posibles formas de Estado, república o monarquía. No estábamos acostumbrados a estas profundidades. De golpe, a pesar de la palabreja «región» que no puedo aceptar de ninguna manera, me he sentido cercano, ya casi amigo, de un hombre del viejo régimen. Una gran alegría para mí. Se estrena la reconciliación con ese equipo de herederos del régimen pasado: Juan Carlos, rey, Adolfo Suárez, jefe de Gobierno, Sánchez-Terán, negociador, y nosotros, los del otro bando, los de la oposición, en un asunto concreto y básico: el contencioso catalán.
Ojalá vaya llegando en todo lo demás. En particular deseo urgentemente que desaparezca ese ancho y absurdo foso de incomunicación entre policías, funcionarios de prisiones, etc., por un lado, y partidos parlamentarios democráticos, por otro.
Una segunda gran alegría, en la misma línea es la declaración de un portavoz del PCE en el sentido de que el capitán Herguedas, que cayó el pasado martes de un tiro en la nuca, era demócrata. Su trágica muerte no será estéril. Tenderá un nuevo puente de comprensión y colaboración entre fuerzas de orden y pueblo.
Yo quisiera establecer también un puente con el funcionario de prisiones D. Melchor Turiño González. Quisiera poder decir, también, que él es democrático. Algunos avisos he recibido en este sentido, incluso de un ex preso. No quiero hundir personas, quiero proteger personas; como supongo él no quiere hundirme a mí, sino protegerse él. Mi información no fue exacta y deberé rectificar algunas de las cosas que dije. Aún no puedo hacerlo por temor a que mi nueva información siga teniendo inexactitudes. Pero la falta de permeabilidad informativa de ustedes me lo impide.
Si usted es demócrata, D. Melchor, ¿no sería bueno hacer una declaración conjunta, que fuera exacta, y que deshiciera todo agravio innecesario? Así podríamos cesar de pelearnos por el bien de la paz.
La transparencia informativa y la confianza básica entre los diferentes sectores es una cuestión de Estado.
Lluís M. Xirinacs.