Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 6 de Septiembre de 1977.
¿Versatilidad pública?
Un hermano gay se metía conmigo, en una dura carta al director de este diario. Se le hacia difícil de entender mis ires y venires políticos. ¡Lo que tendrás que ver, hermano! Ante todo, cualquier persona puede evolucionar políticamente sin que ello necesariamente implique chaqueteo. Puede uno cambiar por pura honestidad, En segundo lugar un partido político, con un programa establecido usa mil estrategias y tácticas coyunturales para conseguir sus objetivos programáticos e, incluso, va variando su programa a lo largo de los años. Y, tercero, yo, de momento, soy independiente de verdad. Aún no he tomado partido. Esto me lleva a un peligro de oportunismo si uso mi independencia para mi egoísmo. Pero me puede traer grandes ventajas, cuando lucho por cosas unitarias, como la amnistía, las libertades, la autonomía catalana, etc., porque soy libre de aprovechar todo lo que de cualquier partido sirva para el bien de todos. No quiero, con ello canonizar mi condición de independiente. Respeto y ayudo a los partidos todo lo que puedo.
Aún podríamos encontrar una cuarta razón de vaivén en las actitudes políticas. Siempre que una persona acepta el papel de intermediario, mandatario, representante o embajador de otra persona o grupo, debe defender, no lo que ella cree, sino aquello que se le ha encomendado, y con estricta fidelidad, aún cuando vaya contra su propio modo de pensar. Si no que dimita.
Creo que con estas claves interpretativas podrá discernir en mi actuación aquello que es convicción y aquello que es servicio, lo que es accidental y lo que es de fondo, lo que interesa a corto plazo y lo que va para largo por importante y por deseado que sea.
Yo, en Madrid, en la Comisión de Incompatibilidades, a la cual pertenezco, ataco a UCD porque nos quiere colar, como compatibles, casos escandalosos de incompatibilidad de militantes suyos. En cambio, en Barcelona, defiendo la gestión del ucedista Sentís, entre Tarradellas y Suárez, para la devolución de la Generalitat, porque no veo otra manera más rápida de dar satisfacción a la voluntad del pueblo catalán. Y si yo perteneciera a un partido de implantación estatal y viera peligro de involución del sistema, quizás incluso defendería UCD en Madrid en las Incompatibilidades. Ser político es eso.
Lluís M. Xirinacs.