Diario de un senador.

Mundo Diario. Miércoles, 17 de Agosto de 1977.

¿Cárceles vacías?

No sé si por impericia o por malicia, el Gobierno, retrasando la concesión de la amnistía política total, está provocando que se mezclen dos problemas, que tienen puntos comunes, pero que son de naturaleza y origen diferentes. De una parte, desde hace tres años, se pide sin descanso una amnistía total sólo para los hechos derivados de la discriminación entre vencedores y vencidos, producida por la victoria franquista. Es una amnistía política y, dentro del vasto campo de la política, sólo referida a las consecuencias de un hecho político-militar muy determinado. Se trata de zanjar una trágica división social, para seguir, luego, el camino de los otros países que no sufrieron el trauma terrible que sufrió el nuestro. Esa es la amnistía que yo también pido. Esta amnistía debe repercutir en los presos sociales, porque sin el franquismo no hubiera existido un Código Penal, un Código de Justicia Militar, una Ley de Enjuiciamiento Criminal y, sobre todo, una ley de Peligrosidad Social tan duras de enunciado y de aplicación. Tampoco hubieran existido una reglamentación y una disciplina carcelarias tan deficientes. Por eso, cuando pedimos amnistía política total, también pedimos cambio de leyes, indulto amplio y reforma penitenciaria para los presos sociales.

Pero de otra parte ha explotado la compleja problemática del preso social que requiere un tratamiento en profundidad, tratamiento no resuelto en países como Francia, Italia, EE.UU., etc. Los motivos se suceden en estos países, como ahora en el nuestro, sin que ello desemboque en una amnistía total para los presos sociales. He actuado de intermediario en el motín de Barcelona y he pedido amnistía total para los sociales porque me lo pidieron. Pero esa es su opinión, no la mía. Yo sólo actué de intermediario. Creo que los presos, los familiares, la COPEL, y los partidos políticos radicalizados que piden «cárceles vacías», entran en el juego de un sistema que los empuja a actos irresponsables y sin salida. Es el mismo sistema que aterroriza a la población anunciando violaciones y atracos a mansalva. Así los motines aumentaran, la represión de los presos aumentará, las cárceles no se vaciarán, los enfrentamientos sociales crecerán y la amnistía quedará definitivamente arrinconada.

Lluís M. Xirinacs.