Diario de un senador.
Mundo Diario. Domingo, 14 de Agosto de 1977.
S.O.S.
Este hombre, que debe repartir su vida entre estarse delante de la prisión Modelo de Barcelona y trabajar en el Senado de Madrid, se encuentra sumergido en un mar de confusiones.
Por un lado, se quiere regir por aquel principio de que aquello que se empieza, se acaba. Empezó su campaña de amnistía y aún no está acabada. Esté hombre aún no sabe si la amnistía está cerca, si está lejos o si no llegará nunca. Tiene sospechas de que sí que llegará, pero no sabe cuándo. Lleva un año y ocho meses esperándola y atendiendo a una inacabable multitud atosigada con problemas variadísimos, en un ambiente de ruidos y humos difícil de soportar, y eso durante días de trabajo, fiestas y vacaciones, frío y calor, vientos y nieves. El pobre nombre ese está cansado, está hasta las narices, tiene los nervios deshechos. Necesita, él también urgentemente, una amnistía. Pero resiste porque sabe que sus compañeros presos también están cansados de esperar, también están sin vacaciones. Cuando estuvo en la cárcel vio como, ante sus ojos, enfermaban y morían presos por no poder salir a descansar y recuperarse.
Por otro lado, fue elegido senador y, en su artículo de ayer, decía que un senador debe cobrar lo necesario para dedicarse a pleno tiempo a las múltiples responsabilidades legislativas y de control del Ejecutivo.
Ha probado de hacer las dos cosas a fondo y no puede. Su salud se va a pique. ¿Por qué se presentó a senador? Precisamente uno de los motivos principales por el que fue promovido senador fue la confianza de que así conseguiría la amnistía tan deseada por el pueblo. Y es muy posible que llegue a ser cierto. Además se ha cansado de repetir que la amnistía política total, es una cuestión previa totalmente, diferente de, las demás. Es la cuestión previa por excelencia, sin la cual todos los avances democráticos quedan viciados de origen. La desaparición de todos los privilegios de los vencedores y de todas las represalias sobre los vencidos es la condición de la paz social.
De modo que este senador, por ahora, sólo se dedica de pleno a la amnistía. Y lanza un SOS de ayuda para dar el empujón final que nos la consiga.
Lluís M. Xirinacs.