Diario de un senador.
Mundo Diario. Jueves, 11 de Agosto de 1977.
Primer servidor.
El otro día estuve acompañado de abogados y de familiares de presos políticos, en el despacho del director en funciones de la cárcel Modelo. Era mediodía. En el transcurso de la conversación se abrió la puerta y entró un preso vestido de camarero con una bandeja en la mano y en la bandeja la comida del día. El director probó los diferentes platos y dio el visto bueno –en este caso tendría que ser el gusto bueno–.
–Prueben Vds. si quieren y vean lo bien que comen los presos.–
Los familiares, salieron sorprendidos. Yo había visto la operación cada día durante dos años de prisión y no me sorprendió. Si el director, en vez de esperar en su despacho la bandeja, especialmente preparada para él, se fuera a las galerías y metiera la cuchara en los calderos que van a los presos, quizá tendría alguna sorpresa que ahora no tiene o no quiere tener. Esas cosas pasan en una insignificante cárcel provincial de las cincuenta que hay en el Estado.
Y más allá de las cárceles pasa lo mismo. Hemos leído en los diarios que Suárez veranea en Begur, en la Costa Brava. La carretera que lleva del aeropuerto a Begur era estrecha, estaba descuidada y sin iluminación. Se protestó inútilmente. Ahora, antes de que viniera Suárez, han sido subsanadas las deficiencias. Ese trayecto estaba siempre invadido por los humos y olores insoportables de la fábrica de papel Torras Hostench. Las reivindicaciones fueron siempre inútiles. No se podía parar nunca la fábrica. Se estropearían –decían– los hornos. Cuando tuvo que pasar Suárez, la fábrica paró oportunamente.
España es uno de los Estados con menos leyes antipolución del mundo. Y los gobernantes no harán leyes de éstas porque no sufren la polución como se puede ver.
Ministro, en latín, quiere decir servidor. Primer ministro, primer servidor. En vez de protegerse tanto, ¿no seria mejor que, a pecho descubierto, probara de sumergirse en las condiciones de vida de sus servicios?
Lluís M. Xirinacs.