Diario de un senador.
Mundo Diario. Domingo, 7 de Agosto del 1977.
Amnistía, ¿sí o no?
Anteayer, en este mismo periódico, Ángel Sánchez dice: «Este Gobiemo de «moncloítas» parece seguir los pasos del otro Gobierno de «moncloítas»: sólo dice sí cuando le pisan el pie. Y luego hablan de que las movilizaciones no son el medio idóneo para conseguir las cosas. Como el Gobierno es incapaz de abordar el fundamental tema de la amnistía, los métodos a seguir tendrán que ser estudiados. Todo, menos dejar que Suárez y sus muchachos se duerman en sus laureles, porque si no, nada de nada.»
La desidia –por pensar bien– del Gobierno ha provocado la confusión de la amnistía política, que en estos momentos de cambio es preciso dar, con el complejo y permanente problema de los presos sociales. Cada día me llegan horribles cartas y, me viene gente a gritar que estoy defendiendo a los asesinos. La última acaba así: «Yo también pediré amnistía para quien lo asesine a usted».¿Fomenta el Gobierno esta confusión para desprestigiar la amnistía? Yo estoy seriamente preocupado por los dos problemas. Pero creo que merecen un tratamiento por separado, con actuaciones diferentes.
Sobre la amnistía política, noto que los grandes partidos ganadores ya no defienden tal reivindicación con la eficacia que tiene para otros asuntos. ¡No tienen ningún militante suyo entre rejas!
Una consecuencia es la disminución drástica de ayuda monetaria en solidaridad con los represaliados. La Asociación de familiares y amigos de presos políticos no tiene dinero para atender a sus obligaciones como hacía antes. No recibe ya ayuda internacional y la ayuda interior se acaba. Existen en Barcelona 27 presos políticos. Cada mes reciben 3.000 pesetas. Los familiares necesitados también reciben ayuda... cuando la hay.
La Asociación lanza un SOS. Se puede ayudar depositando el donativo en la cuenta corriente 95.949/271 del Banco Español de Crédito o entregándolo a mano a la Sra. Jacas, en la reunión de la Asociación, que se celebra los jueves a las 8 de la noche, en Ronda San Pedro, 32, primer piso, puerta E, a la que estáis invitados si os sentís amigos de esa amnistía inexcusable.
Lluís M. Xirinacs.