Diario de un senador.
Mundo Diario. Viernes, 29 de Julio de 1977.
Ese difícil senado.
En el Congreso los debates son más transparentes. De las elecciones sólo salieron partidos o coaliciones de partidos bastante afines ideológicamente. No hubo lugar a la presentación de independientes.
El Senado es diferente. La designación real y la posibilidad de presentación de independientes ha llevado a la formación de grupos parlamentarios híbridos a nivel ideológico o de partido. Son claros los 114 senadores de UCD y los 48 ó 49 del PSOE. Los demás, ya no. Hay mucho independiente que, con o sin disciplina de voto, actúa influenciado por un partido, no de forma manifiesta, pero muy efectivamente. El PSP anda escondido entre los 21 Progresistas y Socialistas Independientes. El grupo de senadores vascos lleva dentro del PNV, el Euskadiko Sozialistak Elkarte Indarra y el Euskadiko Ezkerra. La Alianza Popular está repartida entre la Agrupación Independiente de 13 senadores reales y el grupo Mixto. Y en la Entesa dels Catalans encontramos influencias del PSUC en los cargos principales, del PSCc, de CDC y de ERC.
Se comprendrá la complejidad de las maniobras que se tejen en los pasillos de las Cortes, máxime cuando se cuida bien de ocultar sempre la subterránea intención de partido, encubriéndola con lúcida razón técnica. Los secretos, las intransigencias, las consultas precipitadas a la Cámara Baja, descubren la subjacente disciplina de partido. Sería mejor que, como en el Congreso, cada cofrade aguantase su vela. Las minorías del Senado son el reinado de la intriga. De momento, con estos métodos, algunos partidos han obtenido algunas pequeñas victorias y alguna vez nos hemos acercado a una gran victoria, de casualidad, sin llegar a ella por falta de disciplina conjunta en un momento dado. Algún partido incluso huye la formalización de una cierta estrategia conjunta permanente. Mientras, los realmente independientes somos llevados como hojas por el viento.
Podrían las minorías constituir un tercer grupo transcendental en el Senado, pero por ahora los intereses lo hacen imposible.
Lluís M. Xirinacs.