Diario de un senador.
Mundo Diario. Miércoles, 20 de Julio de 1977.
No al doble poder político.
El domingo pasado tuvo lugar la 30ª Permanente de la Asamblea de Catalunya, Rafael Ribó, del PSUC, observó que esta asamblea fue el primer organismo unitario del Estado y está siendo el último. Yo creo que su extraordinaria vivacidad es debida a su arraigo en las realidades concretas del país. Tiene demasiadas raíces para morir. Y más tuviera si algunos grandes partidos parlamentarios no hubieran dado el toque de retirada a las centrales sindicales, a las asociaciones de vecinos y a las asambleas locales controladas por ellos. Estos grandes partidos arguyen que de las urnas ha salido un poder político, la Assemblea de Parlamentaris, que ha asumido los cuatro puntos de la Assemblea de Catalunya, y que, por tanto, ésta ha perdido fuerza.
Mi propuesta de adecuación de la Assemblea a la nueva situación política trata de delimitar campos y competencias, sin equívocos.
La Assemblea de Parlamentaris y, en su día, el Parlament de Catalunya, como también, a nivel municipal, los futuros Ayuntamientos democráticos, asumen, íntegro, el poder político. Ellos legislan, ellos juzgan, ellos gobiernan. Son la gran copa del árbol social.
La Assemblea, que propongo se llame Popular de Catalunya, como también a niveles inferiores las asambleas locales, comarcales, las asociaciones culturales, sociales, laborales, profesionales y de vecinos se quedan con el irrenunciable poder popular, raíz de toda soberanía. Ellas encuestan y exponen, ellas vigilan y deliberan, ellas reivindican y se movilizan. Son la gran cepa –la «soca»– del árbol social.
No hay doble poder político. No hay cruce de competencias, como teme el redactor de la nota del Tele/exprés. Son dos poderes de naturaleza distinta, que trabajan en planos distintos y que se complementan. La fecunda relación entre los dos polos debe correr a cargo de los partidos, sobre todo, pues tienen su base en la cepa social y su cúspide en la copa social.
Ellos son el tronco y las ramas del árbol social. Así el árbol está completo y se salva este «hecho único en la historia universal» que, según dijo Jordi Carbonell, es la Assemblea de Catalunya.
Lluís M. Xirinacs.