Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 8 de Octubre de 1978. Página 13.
País Valenciano, tierra de libertad.
Hoy celebra el País Valenciano su Diada. El rey Jaime, una vez conquistado el territorio, dio todo tipo de franquicias a sus vasallos que se quisieran establecer. Así como la vieja Cataluña y el viejo Aragón todavía arrastraban las estructuras feudales y, en cada demarcación feudal, el señor imperaba sobre sus siervos de la gleba, el rey, para adquirir fuerza frente a aquellos señores feudales reaccionarios, iba constituyendo territorios francos y villas francas, es decir, libres de aquellas servidumbres. Estas demarcaciones privilegiadas se convertían en aliadas naturales del rey.
Las tierras valencianas se destacaron como franquicias y eran tenidas en la Confederación por tierras de libertad.
Ahora el País Valenciano se encuentra ante una nueva oportunidad histórica. Puede volver a ser tierra de libertad. Pero tiene un gran problema que lo impide. Las fuerzas políticas valencianas son divididas en tres bloques. Los herederos del sistema pasado que tratan desesperadamente de aislar el país bajo capa de folclorismo para después reconducirlo al centralismo español de siempre. Es el fascismo enmascarado que llaman «bunker-barraquita».
El segundo bloque lo forman fuerzas políticas parlamentarias importantes que dudan, que están inmersas en la indecisión, que con esta actitud confunden el pueblo y pueden llegar a frustrar la actual oportunidad histórica.
El tercer bloque lo forman los valencianos sencillos y claros que dicen que el País Valenciano es un país con una larga tradición de autogobierno y que forma parte de la nación que llamamos Países Catalanes, con plena soberanía, derecho a la autodeterminación y, por tanto, derecho a constituirse en un Estado. No será, evidentemente, un Estado centralista sino un Estado de Estados, como fue antiguamente; orgulloso de la pluralidad interna de los diferentes países que lo componen. Una superestructura sencilla mínima, equivalente a la Corona inaugurada por el rey Jaime, con unas estructuras de cada país fuertes, como fueron las antiguas Generalidades con poder legislativo, judicial y ejecutivo propios, sin imposición de nadie sobre nadie.
Los opresores de mentalidad no catalana nos quieren asustar con fantasmas, inventados por ellos, de una posible opresión interior. Lobos con pieles de oveja. No les hagamos caso. Si de algo se debe acusar los catalanes del Principado es de una solemne despreocupación de Valencia y de las Islas.
Hay que rehacer en libertad y con decisión lo que hizo el rey Jaume.
Lluís M. Xirinacs.