Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 19 de Mayo de 1978. Página 6.
PNV, obreros y abertzales.
Nadie duda de que las cosas no van bien en Euskadi. Josep Melià, anteayer, nos explicaba los intentos políticos de UCD de entrar en relación con el PNV y lendakari Leizaola empleando Tarradellas como intermediario. Parece que esta operación, aparte de su alcance sobre el problema nacional, tiene otro de carácter político: el aislamiento del PSOE como líder en la pre-autonomía vasca.
En este terreno las equivocaciones, ya vemos que comportan muertos y, a la larga, un gran peligro para el advenimiento de la democracia. Quiero señalar algunas de las equivocaciones que habría que subsanar rápidamente.
La principal y la más difícil es la negativa al ejercicio del derecho de autodeterminación. Esta negativa fomenta el derecho de ETA a la lucha armada. Esto no tiene discusión. Los intentos de UCD y de AP para que los otros políticos condenen radicalmente ETA son absurdos. Es cierto que ahora, a toda prisa, Martín Villa quiere reforzar el proceso autonómico, pero esto deja al descubierto que hasta ahora no sólo es negada la autodeterminación sino que incluso se ha impedido la autonomía. Se equivocan todos los partidos que no quieren dialogar con ETA.
La segunda equivocación está en los partidos obreros euskaldunes. Han entrado demasiado tarde en el movimiento nacional vasco y lo han hecho demasiado tímidamente. Que el primer presidente del Consejo Nacional Vasco sea un hombre que no sabe euskera es una desgracia. Y que sea del PSOE pone un interrogante ante el pueblo vasco y provoca una repulsa total de los abertzales. ¿Por qué siempre la derecha es más lista que la izquierda frente a la cuestión nacional? ¿Por qué no hay abertzales en el PSOE y en el PKE?
El tercer punto es una mala suerte. Falta en el País Vasco un hombre puente entre abertzales y españolistas, entre derechas e izquierdas. Leizaoia, al pertenecer al PNV, parece que no tiene suficiente ascendencia ni sobre ETA ni sobre los partidos obreros.
La solución no es arrinconar a nadie, sino buscar un pacto con concesiones mutuas de los tres extremos del triángulo: PNV, partidos obreros y abertzales de izquierda. PNV y partidos obreros tienen en común que son parlamentarios, PNV y abertzales tienen en común el nacionalismo y abertzales y obreros tienen en común la condición de izquierdas.
Lluís M. Xirinacs.