Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 31 de Diciembre de 1977. Página 8.
Preparando la paz.
Estamos en las vísperas de fin de año, día mundial de la paz. Quizás este es el tema que quiero más. Estos días he estado enfermo. No me acabo de poner bien. Bien a regañadientes, he hecho campana en el Senado de Madrid. Y me duele mi ausencia ante el resultado adverso de la votación sobre la pena de muerte. Mi voto no habría sido decisivo, pero me hubiera gustado dejar constancia de mi rechazo radical a la pena de muerte.
El Colectivo de Acción No Violenta, en esta última semana del año ha organizado un cursillo intensivo de «Reflexiones básicas sobre la paz» en la Lloveta de Aiguafreda. Cerca de cincuenta personas, todos ellos luchadores activos en las diferentes ramas del colectivo.
He aprovechado la oportunidad de huir de Barcelona, de aislarme de visitas, correspondencia y llamamientos interminables para rehacerme un poco en un lugar de buenos aires y buena compañía. Pere Inaraja y las solicitas monjas de la Lloveta nos han ofrecido una hospitalidad maravillosa. Aunque son tanta gente, han reinado una paz y una alegría, un ritmo de trabajo responsable y un ambiente de esparcimiento regenerador que me han hecho pensar en la importancia del bien supremo de la paz.
Hemos profundizado primeramente en las condiciones para avanzar en la pacificación de nuestro ser interior personal. Hemos analizado nuestras contradicciones internas y los caminos de superación.
Después hemos trabajado las condiciones desde la pacificación social. Hemos visto como a lo largo de la historia se van sucediendo y sustituyendo unos órdenes establecidos que no son la verdadera paz armonizadora de todas las voluntades. Hemos ido viendo, también, como la humanidad, al principio a tientas, y cada vez con más conciencia colectiva, va avanzando en busca de aquellos modelos de sociedad más ajustados, más respetuosos con la voluntad de todos, más responsables del patrimonio que el hombre ha heredado de la naturaleza.
Podríamos definir a los no violentos como descubridores de atajos para llegar más pronto a la armonía social que dé la paz plena.
Lluís M. Xirinacs.