Diario de un senador.
Mundo Diario. Martes, 8 de Noviembre de 1977.
Rendición de cuentas sobre un indulto (1).
Vuelvo de unas inevitables vacaciones de quince días. Sobresaltadas vacaciones. Las cárceles han ido explotando una tras otra, como una traca de fiesta mayor. En este caso, desgracia mayor. Y desgracia prevista y anunciada en esta columna varias veces. Y no por prevista menos dolorosa. Agustí Vall, en una carta a este diario, me fuerza a salir de mi descanso, de mi mutismo, de mis ganas de no complicar a terceros. Mi contestación, por avatares imprevistos, fue a parar al «Avui». De todos modos, para información de los lectores clientes de «MUNDO DIARIO» voy a explicar algunas cosillas.
25-VI-1977. 1ª Sesión Plenaria de la Asamblea de Parlamentarios del Principado de Catalunya. Presento, forzando la sesión, el único proyecto hasta entonces existente de ley de Amnistía. Insisto en unos importantes anejos de indulto para los presos sociales y la revisión del Código Penal, de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, del Código de Justicia Militar y de otras leyes especiales. Este texto es principal mérito de los abogados Palmés, Oranich y Oliveras. Expresé mi deseo de que se presentara a Madrid a la mayor brevedad. Mucho más tarde fueron entregados muchos otros textos. De éste nunca más se supo. Fue la Presidencia de la Asamblea la que aceptó el texto. Muchas gestiones cerca del PSUC, encargado del texto por el Presidente, no dieron resultado alguno.
13-VII-1977. 1ª. Sesión Plenaria del Senado en las Cortes de Madrid. Entrego una carta a todos los senadores y diputados pidiendo la Amnistía.
22-VII-1977. Solemne apertura de las Cortes en presencia del Rey. En los días anteriores, intentó inútilmente obtener una entrevista con el Rey, para entregarle el proyecto de ley de amnistía e indulto. Aquel día empiezo a permanecer de pie en el Senado, como protesta.
27-VII-1977. Sesión del Senado en la que se aprueba una propuesta vasca de petición al Gobierno de una amnistía. Aviso que se le añada indulto y que se haga con la máxima urgencia. «Sería bueno que este Senado unánimemente rogara al Gobierno que concediese un Decreto-Ley de máxima urgencia, de amnistía política total, con la correspondiente atención también de indulto a los presos sociales».
2-VIII-1977. Entrego, primero a la Entesa dels Catalans y luego a los portavoces de todos los grupos parlamentarios del Senado, una copia del proyecto de ley Palmés, para que lo estudien y lo promuevan. Habla de ello con el Presidente del Senado. Le pregunto qué hace el Gobierno con el ruego aprobado en 27-7-1977. Dice que ciertos grupos impiden la amnistía, que el Gobierno no tiene problemas sobre el contenido de la misma. Ningún grupo parlamentario, ni siquiera la Entesa, me han vuelto a hablar del proyecto entregado. Sigo de pie en el Senado entre las burlas de ciertos senadores. Y sigo en la calle Entença todo el tiempo que me deja libre el Senado. En realidad consumo mis vacaciones de verano en la calle Entença. También fui a París a entregar el proyecto de ley de amnistía e indulto al presidente Tarradellas.
Hasta aquí la prehistoria anterior a la famosa y cercenada ley de amnistía de 14 de Octubre. Dicen que ha acabado la dictadura y que ha llegado la democracia. Dicen que hay que substituir los métodos contestatarios por los métodos parlamentarios. Palabras.
El problema del indulto de los presos sociales no es el más importante de todos, pero sí de una urgencia extrema, dadas las tensiones a qué han sido llevados dichos presos por la impericia de los gobernantes.
Lluís M. Xirinacs.