Diario de un senador.
Mundo Diario. Jueves, 15 de Septiembre de 1977.
Democracia con fórceps.
Los tejidos de la madre Dictadura son muy rígidos. Se huyó de la cesárea, de la ruptura, porque la madre podía dar un susto al cirujano. Se ha optado por un parto con fórceps, por la reforma. No lo fuésemos a olvidar unos y otros. La hijita, no deseada, Democracia, está saliendo a luz con gravísimas dificultades. Quizás quede definitivamente subnormal. La madre, acostumbrada a la buena vida, ahora también suda y gime de dolor: «¡Qué parto más largo, rediez!».
El referéndum, la amnistía parcial, la legalización de difíciles partidos, las elecciones, la manifestación millonaria de Barcelona. La hijita Democracia va saliendo y va desgarrando y desgarrándose. La madre Dictadura no es de carne elástica. Es una muralla dura que destroza diputados Blanco y cerebros de transeúntes. Ella dice: «No puedo ser más elástica so pena de partirme en dos» y pega y muerde. Tiene razón. O se rompe o sale la hijita entera.
El médico, UCD, quiso entrenar a la madre para un parto sin dolor. Dentro de la legalidad se van cambiando leyes y ampliando derechos. Martín Villa e, incluso, Suárez, convocaron a los gobernadores civiles y pidieron a las Fuerzas de Orden renovación democrática. Pero no pudieron con ellos. Ahora el médico teme los zarpazos de una madre enloquecida que teme morir en el parto. Martín Villa crispa los nervios de los diputados defendiendo el orden. Los directores de prisiones pueden más que su director general. El ministro de Justicia rebaja, una vez más, la amnistía ante presiones minoritarias omnipotentes. Menudean actas de procesamiento «por insultos» o «por agresión» a la fuerza armada, sin pruebas, contra gente que trata de denunciar malos tratos arbitrarios («tú recibirás por todos»). Y, como telón de fondo, el siniestro GRAPO, su trastienda misteriosa, su uso y abuso como chantaje de la amnistía, la ciencia ficción de masas populares defendiendo a un GRAPO de la actuación de la Policía.
El parto no ha acabado. Quien mantiene posiciones rígidas por intereses de derecha o de izquierda está convirtiendo la hijita Democracia en un monstruo. Quien, saliendo de sí mismo, lubrifica el trance, la transición, con elasticidad, táctica y espíritu de concordia, ayuda al alumbramiento de un pueblo libre en estos momentos delicados. No es una cuestión de principios, es una cuestión vital.
Lluís M. Xirinacs.