Según la Carta de las Naciones Unidas de 1951, firmada por el gobierno español, se reconoce el derecho a la libre determinación de los pueblos, con lo que esta norma se sitúa por encima y con preeminencia de las leyes estatales españolas, incluyendo la Constitución Española del 1978.
También, como nos recuerda el juez Santiago Vidal, la jurisprudencia de los tribunales internacionales establece que en caso de conflicto entre la ley vigente y la voluntad popular, prima esta última. Por lo cual, no es válido el argumento de que la independencia de una de las naciones del Estado español no es posible porque la ley del Estado la prohíbe.
En función de esta realidad, se celebró el pasado 9 de noviembre de 2014 en las cuatro provincias del Principado de Cataluña del sur, incluyendo la Valle de Aran de Occitania, una consulta dirigida a todos los ciudadanos mayores de 16 años, con dos preguntas: si quieren que Cataluña se convierta en un estado y, en caso afirmativo, si quieren que este estado sea independiente.
La participación en esta consulta fue de 2.344.828 votos, de los cuales 1.861.753 fueron afirmativos a las dos preguntas, un 80,76% del total de la participación. Sobre un censo aproximado de 5.400.000 electores potenciales, la participación total se situó en un 43,42% del censo, y los votos afirmativos a las dos preguntas, un 34,48% del censo.
Uno de los argumentos de los contrarios a la independencia de Cataluña en esta consulta, entre ellos los portavoces del gobierno español, fue que el número de votos doblemente afirmativos era insuficiente para considerar válido el resultado a su favor. Afirmaron que tanto la participación de la consulta como la de la doble afirmación habían obtenido un fracaso.
Pero resulta que, según los propios datos del Ministerio del Interior español, en las elecciones estatales del año 2011, en el Congreso de Diputados español, la formación política que obtuvo el mayor número de votos recogió 10.830.693, lo que le permitió alcanzar 186 diputados, por encima de la mayoría absoluta. Un éxito abrumador, según los mismos responsables de esta formación política.
Con este resultado, dicha formación política pudo nombrar gobierno, aprobar presupuestos y leyes y nombrar miembros del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional españoles sin que el resto de formaciones políticas pudiera ejercer su oposición con éxito. Sin embargo, en virtud de los 34.296.458 votantes potenciales de aquellas elecciones, la proporción de votos de esta formación política más votada fue sólo del 31,58% sobre el censo.
Sobre los resultados de la consulta del 9 de noviembre de 2014, hay quien destaca el vaso medio vacío, otros destacan el vaso medio lleno. Pero es evidente que hay unos vasos más llenos que otros.
Viernes, 8 de mayo del 2015.
«La independencia de cada nación es el bien más preciado para establecer la paz en la Tierra».
Lluís Maria Xirinacs.
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