Som Garrigues. Número 456. Año XVII. 11 al 24 de agosto de 2017. Página 32.
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Pau Palau Puigpinós. Ganadero ecológico.
«La gente suele comparar precios, no calidad».
La Espluga Calba, 1982. Tras estudiar Historia, decidió continuar el negocio de ovejas con su padre en La Espluga Calba, donde pasó de ganadería convencional a ecológica.
Ester Cunillera.
somgarrigues@somgarrigues.cat
@estercunillera
–¿Cómo fue el cambio hacia la ganadería ecológica?–
–Cuando me puse yo, fue cuando hicimos todos los cambios, primero fue la agricultura ecológica y al cabo de un año aproximadamente también nos pasamos a la ganadería ecológica porque yo lo tenía muy claro. Esto siempre hace mucho miedo, por tema enfermedades, como lo harás y todo eso. Hicimos algunas pruebas con las enfermedades más importantes que había y como que salió bastante bien nos tiramos a la piscina y decidimos seguir por este camino. De cara a la venta directa es un plus, también es otro mercado, otro precio, es muy diferente.–
–¿Qué significa ecológico en ganadería?–
–Ecológico significa sencillamente que no hacemos ir sistemáticamente productos químicos, no utilizamos plaguicidas, herbicidas, insecticidas, abono químico. Y en la ganadería lo que quiere decir es que no hacemos tratamientos sistemáticos y que ponemos el acento sobre todo en la prevención, es decir, dar muchos metros cuadrados a los animales, salir siempre a pastar, no hacer vacunaciones, que toda la alimentación está producida bajo los principios de la ecología, no hay aditivos químicos como antibióticos, y eso la ganadería convencional no lo hace. Tampoco usamos hormonas, que también se hace mucho en la convencional, las ovejas tienen un ciclo y se debe respetar, en nuestro caso eres tú quien te tienes que adaptar a los animales, a la tierra y al clima y no al revés.–
–¿Y dónde debe llevar a pastar las ovejas para que se alimenten?–
–El rebaño sale a pastar cada día y vamos sólo a fincas que son ecológicas, es decir, fincas arrendadas y que trabajamos nosotros o que son de otros campesinos que también hacen agricultura ecológica. Que ésta es la minoría, porque la mayoría de tierras de la Espluga Calba nosotros no podemos entrar, que es, por ejemplo, donde puede entrar todo el mundo, porque allí hay abonos químicos y se entiende que desde el punto de vista ecológico la tierra está contaminada.–
–¿Qué diferencia hay entre el producto final de la ganadería ecológica y el de la ganadería convencional?–
–En nuestro producto tienes la garantía total de que no hay restos de antibióticos, de transgénicos, que nuestros animales se han tratado de esta manera que hemos dicho, respetando sus ciclos naturales. Nosotros en nuestro proceso evitamos puntos de estrés, que son aquellos que pueden alterar el producto final, el momento que tú separas el hijo de la madre antes de tiempo es un momento de estrés, en el momento que le cambias la alimentación es un momento de estrés, si los tienes encerrados durante periodos largos también, y esto son cosas de la ganadería convencional.–
–El precio de la carne ecológica es más elevado que el de la convencional, ¿crees que esto afecta al consumidor a la hora de comprarla?–
–Es más caro porque tiene mucho más trabajo. Es mucho más sana, respetuosa con la naturaleza, nosotros no contaminamos nada porque no ensuciamos el agua con purines ni hidratos de los abonos químicos, éste es el valor extra que tiene nuestra carne. Aparte de sabrosa y saludable, hay que tener en cuenta la conservación del territorio y la naturaleza que hacemos... pero al final lo que pasa es que la gente compara precios, no calidad.–
–¿Crees que falta costumbre de comer alimento ecológico?–
–Quien no come ecológico es porque no se mueve a buscarlo. Es muy cómodo ir al supermercado y comerte lo que te dan, pero a mí me gusta elegir lo que como. Esto debe ser un despertar de la gente y empezar a valorar todo el proceso y tratamiento.–
–¿Cómo ves este oficio en un futuro?–
–Lo veo no muy bien, desapareciendo y circunscrito en zonas geográficas donde en realidad no hay otra alternativa, que es en la montaña; allí donde hay prados, debes de tener rebaños. En la plana o las zonas de regadío en las que nosotros estamos va desapareciendo, pero no sólo los rebaños y ganaderos de secano, sino que está desapareciendo de todas partes, y el ejemplo más claro es el Segarra-Garrigues, están haciendo una reforma agraria como la de los años 70 en América Latina, donde lo que hacen es expulsar a la gente, convertir las tierras de regadío en las mejores tierras y darlas a los capitalistas. Nosotros somos los últimos.–
–Y en el caso de que no hubiera ido bien, ¿debería volver a la ganadería convencional?–
–No, a la convencional yo no vuelvo, es una porquería. Es ensuciar todo sin escrúpulos y sólo por el dinero, y lo peor es que nos hacen creer que es la única manera y no es verdad. Seguramente habría seguido haciendo agricultura ecológica, sin tener animales, no sé, el mundo es muy grande.–
Agradecemos la colaboración del entrevistado Abel Montagut y del equipo de redacción de la revista Som Garrigues por las facilidades ofrecidas para la publicación de esta entrevista.
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