Capitalismo de rostro humano.
En el presente escrito, quiero compartir con vosotros como la teoría de las familias del sociólogo Emmanuel Todd se interrelaciona con la labor de diseño social del Centro de Estudios Joan Bardina y su antigua experiencia de Ateneo, denominada Can Bardina.
Durante la pasada Guerra Fría, entre los dos bloques encabezados por los Estados Unidos de Norte-América (EE. UU.) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se produjeron experiencias políticas dentro de los dos bandos para intentar establecer una Tercera Vía entre la Primera Vía del capitalismo parlamentario y la Segunda Vía del capitalismo de Estado de partido único.
Dos de estas experiencias, dentro de la Europa del Este, son la revuelta de Hungría del año 1956 y la primavera de Praga del año 1968. A la última experiencia de economía planificada más democrática se le denominó «Socialismo de rostro humano».
Aprovechamos la expresión «de rostro humano» aplicada al llamado «socialismo» de los disidentes del bloque del Este para aplicarla a un tipo de «capitalismo» muy concreto que afecta a determinados pueblos de la tierra, incluyendo Cataluña. Pero, primero, vamos paso a paso.
En el año 1990 se presentó a la prensa el libro del sociólogo francés Emmanuel Todd titulado L’invention de l’Europe (La invención de Europa) donde muestra un estudio de la estructura familiar en Europa Occidental capaz de determinar, como mínimo, cuatro modelos básicos de familia. La idea clave es que tal como concebimos el hogar concebimos la sociedad que queremos lograr. Cada uno de estos tipos de familia que define Todd han marcado la evolución de los pueblos respectivos en los últimos quinientos años, generando unas ideologías a derecha y a izquierda, reflejo de aquello que los individuos viven en sus respectivos hogares.
Dos factores determinan los diferentes modelos familiares: si los hijos se emancipan o no al llegar a la edad adulta o si la herencia de los hijos es igualitaria o no. En cada uno de los factores hay dos posibilidades. Del producto cartesiano de los dos factores salen cuatro combinaciones y en la Europa Occidental están presentes estas cuatro combinaciones: familia nuclear igualitaria, familia troncal, familia nuclear absoluta y familia comunitaria.
La familia nuclear igualitaria es aquella donde los hijos se emancipan a la edad adulta y la herencia está repartida de forma igualitaria. Sus valores son libertad e igualdad. Su derecha es denominada por Todd liberalmilitarismo y su izquierda anarcosocialismo.
La familia troncal es aquella donde hay heredero o pubilla, quedándose en el hogar paterno cuidando a los progenitores, los otros se casan y fundan un nuevo hogar, o bien son cabalers y marchan de casa sin patrimonio inmobiliario, pero con una aportación monetaria. Sus valores son autoridad y desigualdad. Sus derechas toman la forma de pangermanismo en Alemania, nazismo o neutralismo, y su izquierda de socialdemocracia.
La familia nuclear absoluta es aquella donde los hijos se emancipan a la edad adulta, pero la herencia es desigual. Sus valores son libertad e individualismo. Su derecha es denominada por Todd liberalaislacionista y su izquierda laborismo.
La familia comunitaria es aquella donde diferentes generaciones conviven dentro de un mismo hogar. Sus valores son igualdad y autoridad. Su derecha es el fascismo y su izquierda el comunismo.
Hay que remarcar que, según Todd, en los Estados Unidos de Norte-América predomina la familia nuclear absoluta. Sus valores son la libertad y el individualismo. En cambio en la Rusia soviética predomina la familia comunitaria. Sus valores son la igualdad y la autoridad. Por lo tanto, la Guerra Fría también fue un choque entre dos concepciones familiares diferentes.
Cuando en 1990 el rotativo El Periódico de Cataluña presentó la noticia de la publicación del libro L’invention de l’Europe, desde aquel ateneo que era Can Bardina nos pudimos enterar del hecho gracias a que recibíamos la suscripción de casi toda la prensa barcelonesa y comarcal catalana.
En una de las charlas de los jueves que Can Bardina organizó aquel mismo año, asistió el alcalde de Marinaleda y dirigente del sindicato agrario Sindicato de Obreros del Campo (SOC), Juan Manuel Sánchez Gordillo. Se presentó en la sala de conferencias de las Golfas (Buhardillas) mostrando lozano un mapa de la zona de implementación del SOC, diciendo que quería que su sindicato se continuara extendiendo por el resto del Estado español. Fue un momento interesante. Yo bajé deprisa a mi habitación, cogí la carpeta donde tenía las noticias interesantes recortadas, volví con la carpeta a las Golfas, y mostré al político andaluz el mapa que describía la distribución de las familias en Europa, según la noticia que presentaba el ensayo de Emmanuel Todd.
Resultó que la zona de implantación del SOC en el Estado español coincidía casi con exactitud con la zona de Andalucía que Todd describe como de familia matriarcal, a medio camino de la familia comunitaria y la familia troncal, donde suele haber hasta un 40% de votantes para el partido comunista. Cuando Juan Manuel Sánchez Gordillo leyó el artículo y vio el mapa me respondió: «Hemos llegado al límite de nuestra extensión territorial».
Aunque el tratamiento del artículo publicado por El Periódico de Cataluña parecía dejar a entender que el modelo de familia más justo es la nuclear igualitaria, originaria entre otros lugares de la Isla de Francia y de Castilla, un análisis más cuidadoso nos hace ver que cada modelo familiar tiene sus virtudes y sus defectos. De cada modelo familiar, pues, pueden salir unas propuestas originales para el conjunto de la Humanidad.
En Cataluña, la estructura familiar tradicional es la troncal. Es la misma que hay en Alemania, en Austria, en la Suiza de habla alemana, en el sur de Escandinavia, en los países célticos, noroeste de Inglaterra, en Occitania y en un arco del norte de la Península Ibérica.
En este conjunto de países, en palabras del periodista François Feron, su forma de concebir la economía es la de un capitalismo que ni es salvaje ni es individualista. Esta definición peculiar de una aspiración a un capitalismo ni salvaje ni individualista la considero una constante en el proyecto político catalán.
Cataluña es una nación de contables. Cuna de la tabla de cambio, o sea de la primera bolsa, con su modelo familiar hace que sus individuos adquieran una autoridad interna, es decir una capacidad de autodisciplina, que la ha hecho capaz de grandes gestas históricas, tanto para bien como para mal. En su mejor época, los diferentes gremios mantenían cuidadosamente el trabajo entre los respectivos artesanos. Sus marineros y exploradores dieron la vuelta al mundo dotados de diferentes inventos de medida como la botellita catalana, más conocida como reloj de agua y de arena. Incluso su danza más emblemática, la sardana, se baila contando tal como exclamaba escandalizado Ángel Pavlovsky. Un seny (cordura) contable complementada con su debida rauxa (arrebato) creativo mediterráneo.
Desde del siglo XIX hasta la Guerra Incivil del 1936-1939, en Cataluña floreció un fuerte movimiento cooperativista. Una manera de decir que el capitalismo no tenía que ensanchar la distancia entre capitalistas y trabajadores, sino que debía repartir los dividendos de la empresa entre los trabajadores.
También desde el siglo XIX se crean en Cataluña numerosas cajas de ahorro, que originariamente eran entidades bancarias cuyos beneficios, a diferencia de los bancos, se tienen que invertir en obra social en el territorio donde están establecidas. Los orígenes fundacionales de cada una de ellas son diferentes, habiéndose creado cajas de ahorro tanto de titularidad pública como privada. Desgraciadamente, después de un largo recorrido, hoy en día quedan pocas de estas entidades manteniéndose fieles a sus principios fundacionales.
Durante la Transición española que hubo después del franquismo, un dirigente político del nacionalismo moderado catalán como Jordi Pujol Soley declaró: «yo quiero un socialismo a la sueca». Se refería al modelo de socialdemocracia sueca que hizo famosos dirigentes como Olof Palme. La mayor parte de la Escandinavia del sur es, según Todd, de familia troncal. El partido de Pujol no exigió o no consiguió de Adolfo Suárez la concesión del concierto económico, pero sí otras competencias como la Seguridad Social catalana. El bipartidismo que empezó a partir del primer mandato de Pujol suponía para Cataluña, en la práctica, una alternancia entre dos bloques de similar ideología socialdemócrata.
Cuando en Cataluña se produce una primera alternancia partidista, la realización más destacada de los miembros del tripartito es la «Ley de barrios», que consiste en la regeneración de los espacios y servicios públicos de los barrios más deprimidos desde el punto de vista económico y social, en especial del área Metropolitana de Barcelona.
Cuando Agustí Chalaux se encontró con Lluís Maria Xirinacs para elaborar un nuevo modelo político, económico y social, lo denominaron Sistema General, pero en el fondo propusieron un capitalismo sin miseria material, ni corrupción, ni abusos de poder. En su modelo se propone una moneda exclusivamente telemática, dentro de una red de titularidad comunitaria, de la cual una justicia independiente y renovada es la garante. Una renta básica para cada individuo permite la erradicación de la miseria material facilitando, a su vez, la salida de los productos y servicios que generan los empresarios, ante una creciente automatización y maquinización que, contrariamente y dejada a su suerte, podría dejar en el paro a la clase trabajadora. El año 2012, cuando se digitalizó su primera obra, Tercera Vía, se añadieron en esta edición la mención de numerosas experiencias de innovación social creadas en Cataluña.
El ingeniero y empresario Joan Casals, con la creatividad que lo caracteriza, diseñó un nuevo modelo económico, llamado Socialismo Sólido. Otra forma de capitalismo que intenta reajustar los desequilibrios y permite mantener la viabilidad del sector público. Todavía tenemos pendiente un debido recordatorio y homenaje de su obra.
El abogado Francesc Sanuy, quién fue consejero de Comercio y Turismo de la Generalitat de Cataluña, afilaba muy bien la punta de su lápiz para escribir en contra de los capitalistas que abusaban de su poder. Elogiaba la CUP por denunciar todos y cada uno de los casos de corrupción que podía investigar, pero la criticaba cuando algunos de sus miembros aspiraban a acabar con el capitalismo, siguiendo ideologías originarias de otros modelos familiares. Sanuy reivindicaba, pues, un capitalismo con ascensor social, que permitiera la mejora de los más capaces, pero que también corrigiera los desequilibrios generadores de miseria material.
El sociólogo Emmanuel Todd describe la familia troncal como la que, dentro del proceso de descristianización del continente europeo, sustituye la adscripción religiosa por la militancia política. La socialdemocracia alemana tenía en 1912 centenares de diarios y 1.700.000 militantes. Cataluña, el 11 de Septiembre del año 2014, con una población muy inferior reunió 1.800.000 manifestantes reivindicando la independencia de la nación, formando disciplinadamente con los colores de las camisetas una larga bandera catalana con las cuatro barras rojas y cinco de amarillas.
Recordemos que Alemania, nación de familia troncal, ha sido pionera instaurando la primera Seguridad Social de la mano de Otto von Bismarck, gracias a la labor de mediador que hizo el pedagogo Ferdinand Lassalle transfiriendo las ideas de Karl Marx. Un capitalismo, pero, que protege la salud de los alemanes. En tiempos más modernos, Alemania fue pionera del ecologismo político con el primer partido verde que entra en las instituciones, Die Grünen. El ecologismo político alemán representa la lucha en favor de la preservación de los ecosistemas y la salud de los seres vivos ante la voracidad excesivamente depredadora de un capitalismo que no se tiene que dejar a su suerte.
Numerosas iniciativas creativas se han generado dentro de la sociedad catalana para domesticar este capitalismo tan criticado, pero que se adapta a la mentalidad generada dentro de su hogar. Es así, como de las diferentes reivindicaciones catalanas de sociedad ideal podemos titular «capitalismo de rostro humano», pues se amolda mejor a la vivencia de su hogar, protectora de los ancianos y de los más desvalidos. El primer modelo generado dentro del Centro de Estudios Joan Bardina es una muestra de esta aspiración.
Brauli Tamarit Tamarit.
Miércoles, 10 de Abril del 2019.
Enlaces relacionados:
El juego de las cuatro familias. El mapa de la estructura familiar en Europa. Libération. François Feron.
Anna Cabré: «Todo el mundo que entra en Cataluña, tarde o temprano, se hace catalán, y todo el mundo que sale deja de serlo».
Realismo y futuro. Jordi Griera.
La asamblea del hogar. Brauli Tamarit.