Vilaweb. Miércoles, 20 de Noviembre de 2015.
|
Pius Alibek: «Lamentamos los atentados mientras nos ponemos camisetas patrocinadas por Catar».
Publicado el 29 de agosto de 2017 por Ser y Actuar
20-11-2015. Fuente: VilaWeb Por: Pere Cardús
Traducción: seryactuar.org
Entrevista al filólogo, escritor y traductor iraquí asirio. Denuncia: «En los países poderosos no les interesa resolver el conflicto de Siria e Irak».
Pius Alibek cautivó miles de lectores catalanes en 2010 con un libro, «Raíces nómadas» (Destino) (La Campana), que relataba su infancia y primera juventud en Irak. Hijo de Ankawa, una población del Kurdistán, y de una familia asiria, Alibek dibujaba un país encantador y con un futuro prometedor. Pero poco después de su emigración catalana, aquel paisaje se resquebrajó. Y desde entonces, la guerra, el odio, la violencia, la venganza y la mano interesada y chapucera de los países más poderosos no han dejado de contaminar y envenenar –en palabras de Alibek– aquella tierra fecunda y llena de gente emprendedora.
Ahora que el conflicto de Siria e Irak ha golpeado con tanta contundencia en medio de Europa, hemos encontrado Alibek para pedirle que nos cuente cómo ve la situación allí y aquí. Su voz crítica hace retumbar la conciencia y pide una autocrítica completa de nosotros mismos. El conflicto, demasiado a menudo pensado desde la lejanía, es más nuestro de lo que creemos. Y es eso que defiende Alibek en esta conversación.
–¿Como sigue la actualidad del conflicto de Siria, Irak y el Kurdistán?–
–Principalmente, a través de medios de comunicación de allí y de la gente que vive allí con quien hablo. Por curiosidad, miro como interpretan la realidad de allí los medios de aquí.–
–¿Y es una interpretación correcta?–
–La lectura es completamente diferente de la que hace la gente que vive el conflicto desde el territorio. Aquí se hace una lectura de comodidad, de dar por hechas ciertas cosas, y tranquilizar las conciencias. De vez en cuando, sale alguna voz crítica que trata de analizar el conflicto desde el ángulo verdadero. Lo cierto es que estas aproximaciones son minoritarias aquí y sin demasiado eco. Aquí predomina la información generalizada y generalizadora, sensacionalista y tranquilizante.–
–¿Quizá es falta de proximidad?–
–Se impone casi siempre la información que presenta el problema como algo lejano y desvinculada de nuestra realidad. Para muchos de los que informan, el conflicto actual de Oriente Próximo no es de nuestro mundo. Como si no tuviéramos nada que ver. Parece que sólo pagamos las consecuencias porque son unos descerebrados.–
–¿Tiene familia o amigos en Ankawa, en el Kurdistán?–
–Sí.–
–¿Y qué situación hay ahora en aquellas tierras?–
–Como es dentro del Kurdistán, hay una calma momentánea. Pero es una bomba de relojería. De momento, hay calma.–
–¿Qué echa en falta en la aproximación que se hace del conflicto desde aquí?–
–Se ignoran informaciones básicas. El 1+1. El causante de todo. Por ejemplo, todos sabemos que la guerra de Irak fue un crimen organizado. Fue una gran mentira. Incluso los autores principales lo han confesado, excepto los españoles, que se aferran en decir que no se equivocaron y aquello fue positivo para los intereses de España. Pero sabemos que aquello fue el inicio de la destrucción y de la desgracia de aquella zona.–
–¿El problema comienza entonces?–
–¿Lo sabemos o no lo sabemos? Si lo sabemos, hay que decirlo. Este es el causante de la guerra actual y no otra cosa. Nos ahorramos de reconocer el origen de todo y nos ponemos a buscar causas alternativas. No tiene sentido hacer análisis de la situación escondiendo la causa real. Cuando los americanos invaden Irak, un país dictatorial gobernado por un criminal aliado de Occidente durante buena parte de los años que ha estado en el poder, este dictador imponía una constitución secular, laica. Y no había espacio para el pensamiento político religioso.–
–¿Era una dictadura que no dejaba prosperar una visión política de la religión?–
–Sí. Esta era la realidad de Irak en 2003. La invaden los americanos con sus aliados y se impone la ley islámica en Irak. Y la alternativa a la dictadura acaba siendo un país islámico gobernado por la sharia islámica. Y entregado a Irán, que se suponía que era el enemigo más grande de Occidente y de los valores occidentales. Esto es un hecho y no se puede pasar por alto como si no tuviera trascendencia respecto de todo esto que pasa en este momento. Y ahora han hecho igual como hicieron con Irak: abrir las fronteras de Siria, desmantelar el ejército y las fuerzas de seguridad. Y así, abrir las puertas de terroristas fanáticos venidos de todas partes. Esto pasó en Irak y ahora pasa a Siria.–
–¿Es como una segunda parte de lo que ocurrió con la invasión de Irak?–
–Una cosa no se puede aislar de la otra. Aquellos que los años ochenta reclutaron yihadistas integristas y los subvencionaron para luchar contra la Unión Soviética en Afganistán, ahora han hecho lo mismo. Exactamente igual. Lo hicieron en Irak y lo hacen en Siria. Y siguen siendo los aliados incondicionales de Occidente. Las reacciones y las lecturas que hacen los medios de aquí a menudo hacen reír.–
–¿Por lo tanto, no es un problema fundamentalmente religioso?–
–Una cosa es aferrarse a la religión y a interpretaciones extremas de la religión como reacción a determinados intereses de la zona. Esto es una lectura. Pero voy más allá: se ha fomentado el extremismo. Se ha alimentado y armado. Porque sirve los intereses de los gobiernos occidentales.–
–¿A Occidente le interesa fomentar el integrismo islámico?–
–Hay que diferenciar entre la política de Occidente y la población occidental. Esto es importantísimo. Porque el ciudadano europeo, por ejemplo, no aceptaría jamás fomentar el integrismo islámico. Pero esto lo han hecho siempre los gobiernos occidentales. Junto con los Estados Unidos y sus aliados en la zona. Todos sabemos que cuando comenzó el conflicto en Siria, el Ejército Libre no llegó a tener un papel importante porque pronto fue sustituido por al-Nusrat, una organización yihadista subvencionada y armada por poderes occidentales a través de sus aliados en la zona.–
–¿Qué aliados?–
–Principalmente, los países del Golfo Pérsico y Turquía. Esto no es ninguna teoría de la conspiración. Son hechos demostrados. En el momento que Turquía apoya al-Nusrat, es la OTAN que lo apoya. Y al-Nusrat es al Qaeda. Se trata de una actuación completamente deliberada. Al-Nusrat toma todo el espacio que ocupaba el Ejército Libre, que prácticamente desaparece. Una vez al-Nusrat controla el terreno, comienzan a entrar los muyahidines de Estado Islámico armados y cargados de «petrodólares».–
–¿El problema lo encontramos en Arabia Saudí y los emiratos del Golfo Pérsico?–
–Sabemos perfectamente que la cuna del fanatismo religioso islámico es Arabia Saudí y sus aliados del Golfo Pérsico. Y sabemos que no sólo es la cuna sino también la mina de oro. Una fuente de financiación. Y esto pasa a la luz pública en Siria. Todo el mundo estaba de acuerdo en que Arabia Saudí y Catar subvencionaran al-Nusrat al principio. Todo esto son hechos. Cuando sucede esto que pasa en París, la gente se escandaliza.–
–Es normal. El conflicto impacta en el corazón de Europa. Nadie está preparado para ello...–
–Pero hace tres meses o cuatro el rey de Arabia fue en una playa pública francesa y se la cerraron para que se pudiera bañar tranquilo durante un mes con su cortejo de cuatrocientas personas. Y las fuerzas del orden se ofrecieron a protegerla. Y luego se quejan por los atentados. ¿Cuál es el doble juego que hacemos? Si somos nosotros mismos que invitamos quienes originan estos atentados y los tratamos como reyes.–
–¿Denuncia una doble moral?–
–Claro. Lamentamos los atentados mientras vamos por la calle con camisetas patrocinadas por Catar. ¡Ya podemos ir quejándonos del terrorismo y el integrismo islámico! Esta doble moral, este juego sucio, no tiene ningún sentido. Si la gente quiere engañarse y no quiere ver que pasa tiene el derecho de hacerlo. Pueden seguir engañados durante muchos años. Pero esto no puede ocultar los hechos.–
–¿Qué pensáis de la reacción que ha tenido el gobierno francés tras los atentados del viernes?–
–Es una reacción ridícula. Porque hay un atentado nos ponemos a bombardear. ¿Qué han bombardeado? ¿Qué? ¿Ha desaparecido Estado Islámico? Son treinta mil combatientes. El presupuesto que la administración estadounidense destinó cuando los de Estado Islámico eran veinte mil superaba los once millones de dólares para combatir cada combatiente. ¿Pero qué es esto? ¿Qué quieren hacer ver? Ahora en lugar de veinte mil ya son treinta mil, los combatientes yihadistas. ¿Qué han bombardeado los franceses? ¿Con qué resultados? ¿Y la gente inocente que se ha muerto?–
–La llaman «daños colaterales»...–
–¿Por qué los inocentes que mueren por estos bombardeos son daños colaterales y los que mueren en París o en otra capital europea son víctimas? Dónde estamos, ¿en la bolsa de las vidas humanas? ¿Son participaciones con valor diferente según donde has nacido? La vida humana vale tanto en Siria, como en París como en África. ¡Vale igual! Mientras los gobernantes nos quieran convencer que no vale igual iremos por mal camino.–
–¿Qué hay que hacer para borrar de una vez por todas la barbarie de Estado Islámico?–
–Habrá soluciones cuando se quiera que los haya. Pero no quieren soluciones.–
–¿Quién no las quiere?–
–Los poderes occidentales y sus aliados en la zona, que han provocado esta situación y no la han querido resolver. No les interesa resolverlo. Podrían decir: «Reunámonos. Tenemos una realidad que es esta. ¿Qué ha causado esta situación? Tenemos Estado Islámico que es una aberración –la más grande de la historia de la humanidad, junto con el exterminio nazi–. ¿Qué lo ha traído aquí? Uno, dos, tres y cuatro. ¿Qué podemos hacer para resolverlo? Uno, dos, tres, cuatro. Manos a la obra». ¿Esto se ha hecho? No se ha hecho. De acuerdo. A ver, Turquía debe sellar sus fronteras. Pero las tiene abiertas para los combatientes que quieren ir a hacer la yihad.–
–¿Pero cuáles son las acciones concretas que se podrían hacer?–
–De entrada, quiero dejar claro que yo no soy estratega. Si quieres combatir a alguien, lo primero que tienes que hacer es cortarle las vías de suministro que le da poder: económico o de armamento. Si se cierran las fronteras de Turquía a los combatientes, ya los has medio ahogado. ¿Verdad que Turquía es de la OTAN? Pues que desplieguen fuerzas de la OTAN para vigilar la frontera. Y que vigilen que la inteligencia turca y la policía no apoyen Estado Islámico. Y que no trafiquen con petróleo a través de Turquía. Y que el Kurdistán detenga el tráfico de petróleo a través de su territorio. Con esto ya habríamos ahogado la mitad del suministro de Estado Islámico.–
–¿Qué más se puede hacer?–
–Cogemos los países del Golfo Pérsico –sobretodo Arabia y Catar– y les decimos: «Escucha, si pasa un solo dólar de ayuda económica a Estado Islámico, tendréis un embargo como el que se hizo en Irak, Cuba o en Irán». ¡Y ya está! ¡Ya se ha acabado Estado Islámico! Con estas dos acciones –cortar suministro por fronteras y financiación de los países del golfo Pérsico–, se acabó. Ya no hay que bombardear.–
–¿Y por qué no se hace?–
–No se hace porque no interesa. No nos podemos dejar engañar. Estado Islámico es el resultado de la política criminal de los países poderosos. Conjuntamente con sus aliados en la zona. Veamos, Estado Islámico ¿qué pretende? Construir un estado islámico. Un estado teocrático. ¿A quién interesa esto? A todos los países teocráticos de la zona. ¿Cuáles son? Irán, Arabia, Catar, todos los países del Golfo Pérsico, e Irak está en vías de serlo. Por lo tanto, construir otro país teocrático a todos estos países ya les debe parecer bien. ¿Por qué no se combate los países teocráticos en lugar de criticar tanto la falta de libertades en China, por ejemplo?–
–Son cosas diferentes.–
–¿Y por qué se permite al rey de Arabia y a los emires estos del Golfo Pérsico –que son los que financian el integrismo– que vayan a Marbella a pasarlo bien con todos los privilegios y todas las atenciones? ¡Son los que subvencionan a los que hacen los atentados! ¡Es que es muy fuerte! Si queremos vivir con esta doble moral, digámoslo y aceptemos la situación. Digamos que nuestra prioridad no es la vida humana, sino nuestro bienestar. Pero entonces no hagamos teatro cuando los atentados nos toquen de cerca.–
–¿No hay conciencia de esta complicidad que denuncia?–
–Es que Turquía permite que pasen las cisternas de petróleo de Estado Islámico por su frontera. Si pasan la frontera, es porque al estado turco ya le va bien. Tan simple como eso. Si el ejército turco quisiera evitar el paso de cisternas de petróleo, no podrían pasar. No hablamos de pasar una aguja, que te la puedes esconder. ¡Hablamos de camiones que se ven a la legua!–
–La clave es detener la financiación que recibe Estado Islámico.–
–Evidentemente. ¿Cómo hace Estado Islámico, para obtener la obediencia de la población? Todo el que se haga combatiente tiene cubiertas las necesidades de su familia. Le dan un sueldo a cambio de tapar a su mujer y de que siga las instrucciones que reciba. Y la gente desesperada dice: «Al menos estos me dan comida. Si mi mujer se debe tapar, que se tape. Y si yo tengo que rezar cinco veces al día, ya rezaré». Y, de repente, aquel individuo que tenía una actitud laica y respetuosa con todas las religiones se vuelve fanático. Y algunos dicen que la culpa es de la religión. Y no. Todas las religiones monoteístas son igual de fanáticas o de respetuosas. Depende del uso que hacen determinados individuos.–
–Las guerras sucesivas han triturado el país y la sociedad de sus orígenes. ¿Cree que se podrá recuperar el espíritu moderno y cohesionado de los tiempos que vivisteis?–
–Costará mucho porque en Irak ha habido una destrucción de la infraestructura básica y de la entidad iraquí sistemática durante más de treinta años. Y eso es muy difícil de recuperar. Un terreno de cultivo contaminado o envenenado, si no depositamos más veneno, a los treinta o cuarenta años se puede recuperar y volver a dar frutos. Pero si seguimos vertiendo veneno, será imposible recuperarlo nunca. Que Irak vuelva a recuperar el espíritu de aquellos años cuando yo pasé la infancia dependerá de la voluntad de verter veneno de los poderosos. De momento, la voluntad es clara y no dejan de envenenarla.–
–¿Habéis pensado volver algún día?–
–Me niego. No lo quiero.–
Enlace de la traducción original al castellano por Ser y Actuar:
https://seryactuar.org/2017/08/29/pius-alibek-lamentamos-los-atentados-mientras-nos-ponemos-camisetas-patrocinadas-por-catar/
Vilaweb. Jueves, 24 de Agosto de 2017.
|
Pius Alibek: «Acabas pensando que nadie quiere liquidar Estado Islámico».
Publicado el 29 de agosto de 2017 por Ser y Actuar.
24-08-2017. Fuente: VilaWeb Por: Josep Casulleras Nualart
Traducción: seryactuar.org
«Ya está bien de no tener miedo, pero ¿y después qué?», Dice el filólogo, escritor y traductor iraquí asirio en esta entrevista.
«Lamentamos los atentados mientras nos ponemos camisetas patrocinadas por Catar», decía Pius Alibek en esta entrevista a VilaWeb de pronto hará dos años. Hacía una semana de los atentados de París contra terrazas de bares, contra la sala Bataclan, contra el Estadio de Francia… Alibek, nacido en Ainkawa, en el Kurdistán, estudió filología en Bagdad, continuó los estudios en Londres y llegó a Barcelona en 1981. En «Raíces nómadas» (Destino) (La Campana) relataba sus años de niñez y de juventud en Irak, un país que ha cambiado tanto desde que él era pequeño.
El conocimiento que tiene de la situación del Levante y su condición de barcelonés nos ayudan en esta conversación (que esta vez tenemos una semana después del atentado de la Rambla) a sacudir la forma en que nos miramos el problema: como vemos la amenaza del yihadismo, quien tiene intereses, como enfocamos los debates sobre el islamismo radical... «Todo el mundo estaba de acuerdo en que Arabia Saudí y Catar subvencionaran la organización yihadista al-Nusrat al principio. Y cuando pasa esto que pasa en París, la gente se escandaliza», decía Alibek en 2015. Ahora esto ha pasado en Barcelona.
–¿Qué pensasteis el pasado jueves, cuando visteis el atentado en la Rambla?–
–Pensé: ya ha pasado. Cualquier día podía pasar en cualquier lugar de cualquier ciudad europea. Era previsible que pasara, y seguirá pasando. Pensé esto, aparte la sensación de impotencia y de tristeza.–
–¿Resignación?–
–Sí, totalmente. Nosotros ya aceptamos que esto es algo que puede pasar, porque no encontramos la manera de saber qué pasa realmente. Y en cambio nos entretenemos con debates inútiles, en vez de ir a la raíz de la cuestión e intentar resolver todas estas desgracias.–
–¿Quiere decir que vemos esto como algo inevitable, como si fuera una catástrofe natural?–
–Sí, como la posibilidad de que caiga una granizada. Como si fuera un fenómeno natural, que hoy toca aquí pero habría podido caer en otra ciudad. Esto es aún más grave. El atentado afectó a una gente que ha muerto o que ha quedado herida. Pero en realidad esto forma parte de algo mucho mayor que diariamente mata cientos de personas en todo el mundo.–
–¿No tenemos suficiente perspectiva para ver esa cosa más grande?–
–No tenemos y parece que no queramos tener, porque después de esto que ha pasado en Barcelona los grandes debates son, por ejemplo, si el islam es esto o es aquello. ¿Pero qué decís? Todas las religiones monoteístas son tan asesinas como pacificadoras, dependiendo de la interpretación que se haga. El islam, en esto, no es diferente de ninguna otra religión monoteísta. Otro debate: si los inmigrantes de occidente que vienen de países islámicos son un peligro o no. Pues depende de la vía que emprendan, y tenemos que ver por qué algunos deciden de coger una de determinada. Tenemos que ver quién está detrás, a quien le interesa eso.–
–También nos preguntamos si estamos preparados para impedir un atentado.–
–Y si debemos poner pilones o no, si son provisionales o fijos, si hemos de reforzar los sistemas de seguridad... ¿Pero de qué habláis? Es como si el diluvio fuera inevitable y discutiéramos para decidir dónde ponemos la presa. Pues no: este diluvio no es un hecho natural; es un hecho provocado. Es cierto que en el curso de la historia las religiones monoteístas han manipulado y se han utilizado como herramientas en manos del poder. Y ha pasado esto. Debemos mirar quien utiliza la religión, quien subvenciona, quien paga, a quien interesa reclutar y combatir allí. Y no ver si ponemos pilones.–
–¿Quién es que, en este caso, utiliza la religión para sus intereses?–
–Hablemos de quienes hacen la interpretación más radical de la religión, y los conocemos. Si cogemos el Islam, ¿quien hace la interpretación más radical y más asesina? Pues los países que aplican la ley islámica, que resulta que son los mejores aliados de occidente.–
–¿Por ejemplo?–
–Por ejemplo los del Golfo Pérsico, como Arabia Saudí y Catar. Deben la existencia y el poder en el islam radical, y tienen muchos dólares, con los que fomentan el islam radical. Ellos pagan las mezquitas que se construyen en Europa y pagan los imanes estos que fomentan el radicalismo islámico y pueden manipular las mentes de la juventud desesperada. Para manipularlos, se necesitan recursos, y nosotros permitimos que haya estos recursos. Además, en estos países se reivindica el terrorismo islámico, se fomenta, y se bendicen los mártires, los que han hecho el atentado. El que hizo el atentado en la Rambla es una persona bendita en estos países, que son nuestros aliados. Sus reyes y príncipes vienen a casa, y los recibimos como verdaderos reyes y príncipes. ¿A qué jugamos?–
–¿Todo esto viene de la fotografía de las Azores?–
–El crecimiento del terrorismo islámico comenzó en Afganistán con los muyahidines reclutados y entrenados por occidente para combatir la Unión Soviética. Pero el impulso del terrorismo islámico que atraviesa las fronteras de aquellos países comenzó con la invasión de Irak de 2003. Pasamos por alto que sí el pueblo estuvo totalmente en contra de aquella invasión, pero que el gobierno español no únicamente estaba a favor sino que se puso a favor con entusiasmo. España participó en aquella guerra, que fue como una cuna para el terrorismo islámico. Y que nos salpica al cabo de un tiempo. De qué nos extrañamos? Y ya no hablo de que la desgracia de Barcelona pasa a diario en Irak, en Siria y en países africanos, por las acciones de Boko Haram. Hace un par de días, en un autocar con niños en Siria hubo más de sesenta muertos. En esto que ha pasado en Barcelona, en París, o en cualquier otra ciudad europea, existe la complicidad de nuestros poderes.–
–¿Como se concreta esta complicidad?–
–España salió de una crisis económica gracias a la colaboración con la guerra en Irak. Y vivió varios años de bonanza económica. Hay una compensación económica a cambio de la complicidad criminal. Hay un nivel de intereses de grandes poderes y los gobiernos que a mí se me escapan. Los núcleos y entidades de poder no miran el daño que puede recibir el pueblo, sino el beneficio que pueden sacar. Cuando el Barça coge el patrocinio y los millones de Catar no mira si son buena gente o no, si fomentan el terrorismo. Ven que si pueden sacar veinte millones, sacarán veinte millones. Mientras aceptamos esto como una relación comercial legal, pagamos las consecuencias y callamos.–
–O cuando España vende armamento a Arabia Saudí tampoco piden que hacen con estas armas.–
–Sí. Arabia Saudí ha destruido el Yemen. ¿Y eso no es terrorismo? ¿Si pasa en Yemen no es terrorismo? Cuando se pisa la dignidad de una persona a mil kilómetros, si no sientes que también han pisado la tuya ya has perdido la condición humana. ¿Por qué me ha de parecer que lo que hacen los saudíes en Yemen mí no me salpica ni me interesa, que sólo es algo entre ellos?–
–¿Nadie actúa contra Estado Islámico?–
–No, de ninguna manera. Enviar varios aviones de vez en cuando y bombardear ciudades en que matan a tres o cuatro combatientes pero matan doscientos civiles inocentes no es combatir Estado Islámico. Todo lo contrario: es combatir la población civil y destruir su infraestructura. Cuando quisieron matar Saddam Hussein, lo hicieron rápidamente, con un ejército y un estado. ¿Y no pueden hacerlo con veinte mil o treinta mil combatientes? Es cinismo puro. Y acabas pensando que realmente nadie quiere liquidar Estado Islámico, ya les debe interesar que exista. Y está el papel de Turquía, en todo esto. Turquía es la OTAN, y cuando Turquía protege Estado Islámico es la OTAN quien protege Estado Islámico. Y la OTAN somos nosotros. Barcelona es la OTAN. Si la OTAN protege Estado Islámico, Barcelona protege Estado Islámico. Es duro, es cruel, pero es así.–
–Hay gente que ha alzado la voz contra la presencia de Felipe VI y Rajoy en la manifestación del sábado.–
–Si el rey de España y el gobierno de España realmente están dolidos por los atentados y quieren hacer algo, pues que pidan una audiencia a los embajadores de Arabia y de Catar. Y que les digan que o detienen las ayudas y subvenciones que dan o se ha acabado; que ya no podrán subvencionar más mezquitas, que si se ha de construir alguna mezquita ya lo haremos nosotros, de manera que no puedan manipular lo que se haga. Pero esto no se hace. Además, en esta manifestación que reivindicamos? Me parece que aquí, cuando nos manifestamos, como cuando hacemos una huelga general, es para volver a casa tranquilos de haber hecho algo. ¿Qué utilidad final tiene la manifestación? Demostrar nuestro rechazo, ¿verdad? ¿Y qué? ¿Esto evitará los atentados?–
–Os veo muy crítico.–
–Y hay otra cosa, que me parece de cinismo puro. He dicho que no acepten dinero de según quien para construir mezquitas, o que se controle quien las hace. Pues aquí hay mucho intelectual que dirá que esto que digo va contra nuestros valores, los de la libertad y democracia. Va contra nuestros valores, pero ¿no lo hace también la ley mordaza? Hay muchas contradicciones en el discurso que se hace, mucho cinismo. ¿Por qué no se ha de controlar lo que se hace en las mezquitas? Al igual como se controla cuando un cura dice una frase en una iglesia contra los homosexuales, o cuando otro hace una misa por la Legión, que se hace un escándalo. Pues hagamos esto mismo con lo que se hace en algunas mezquitas. Ah, eso no, porque tenemos que ser respetuosos. ¡Pero si hay leyes que no son respetuosas con tus libertades!–
–¿Quizá no se hace por respeto o exceso de prudencia?–
–Es que todos queremos demostrar que no tenemos nada contra el Islam. ¿Por qué se debe demostrar? Yo sí tengo todo lo que hay que tener contra la interpretación radicalizada de qué es el islam.–
–¿Falta más conocimiento sobre qué es el Islam? ¿Hay demasiados prejuicios?–
–No se trata de eso, sino de la manera de pensar del europeo: si yo soy intelectual y tolerante, tengo que ser prudente a la hora de emitir un juicio sobre el islam, pero sobre el cristianismo sí puedo decir lo que quiero.–
–También encontramos algunas actitudes islamófobas e intolerantes.–
–Pero es justamente el tratamiento que hacemos que radicaliza la posición; es aquello de estar conmigo o contra mí. En lugar de crear un espacio flexible, vamos creando un espacio de frentes: un frente que es contrario, que deviene chovinista e islamófobo, y otro que es tolerante y que parece que simpatice con el islam. Pero es que no se trata de eso: ni estoy a favor ni en contra. No debemos permitir nunca que este sea el problema o el debate, porque es un debate que se convierte en una cortina de humo. El debate es quien utiliza la religión, quien hace una interpretación del islam determinada por utilizarla con unos objetivos, quién se beneficia y quién está detrás. No entiendo por qué una sociedad como la barcelonesa debe vivir un debate para decidir si el islam es una buena religión. Esto es absurdo, no tiene sentido. La cuestión es puramente política: ¿quien hace estas políticas que nos perjudican y que nos matan?–
–¿Cuál debería ser pues el mensaje de la manifestación de mañana?–
–Para mí la manifestación debería servir para reclamar a nuestros gobiernos que investiguen y que detengan el terrorismo en la cuna. Y reivindicar mediante todas las instituciones democráticas que el gobierno tenga este papel. Y que busque alianzas internacionales verdaderas para terminar con esta lacra. Y no demostrar como simpatizo con unos u otros y hasta qué punto me siento triste. Ya está bien no tener miedo, pero y ¿después qué? Debemos poner los gobernantes ante los hechos: esto ha pasado y vosotros, si no lo detenéis, sois culpables de ello. Y no se detiene poniendo pilones, sino desde el origen.–
–¿Estos últimos años no hemos avanzado hacia ahí? ¿No hay más conciencia al respecto de lo que pedís?–
–Sí, evidentemente. Si decía esto que digo hace cinco años, o en 2003, durante la invasión de Irak, en la que alertaba de que podía crear un cultivo para islamizar aquella zona, todo el mundo me acusaba de creer en la teoría de la conspiración. Pero es que es un hecho, y se ha demostrado. En Irak antes de 2003 no había islamización ni se hablaba de países islámicos y no se aplicaba la sharia; sólo se hablaba de Arabia, donde tradicionalmente se hacía. Y ahora ya tenemos muchos países donde se hace y de la manera más radical. Todo comienza en 2003. Tenemos que parar y reflexionar, preguntarnos por qué ha pasado esto. Y ahora sí que es cierto que cada vez hay más gente que piensa que esto que pasó en París o en Barcelona ya no es culpa de que haya gente que interpreta el Islam de una manera radical y que hay algo más. Y es esto lo que nos interesa, esa cosa más.–
–¿Quién hay detrás de quienes cometieron los atentados, y detrás del imán...?–
–Sí, porque tenían unos mínimos recursos. ¿De donde los sacaba? Sabemos el dinero que entra para construir mezquitas. Y todos estos imanes cobran un sueldo, no viven de la nada. ¿Quién les paga, el sueldo? ¿De donde les llega, el dinero? Nuestra reivindicación es que nuestros gobiernos y nuestras fuerzas de seguridad sean firmes.–
–¿Qué situación hay ahora en su población natal, Ankawa, en el Kurdistán?–
–Ahora hay un debate interno muy acentuado, porque los kurdos reivindican la independencia y quieren hacer un referéndum. Están muy animados con ello.–
–¿Qué puede pasar, con el referéndum?–
–Ni idea, porque esto no depende de los kurdos, sino de las potencias. Si las potencias tienen previsto crear un estado kurdo, se creará. Si no, no. Y dudo que se pueda hacer. Es tan simple como eso. La gente no tiene en cuenta que todavía no han pasado ni cien años de la finalización de la Primera Guerra Mundial, una guerra para repartirse toda aquella zona. Entonces los interesados eran cuatro actores o cinco, y ahora hay quince o veinte. Hay muchos intereses para repartirse ese pastel y mientras no lleguen a ningún acuerdo la destrucción continuará. Y cada uno defenderá un grupo, subvencionará otro... Dependiendo de eso podrán conseguir una parte más grande o más pequeña del pastel.–
Enlace de la traducción original al castellano por Ser y Actuar:
https://seryactuar.org/2017/08/29/pius-alibek-acabas-pensando-que-nadie-quiere-liquidar-estado-islamico/
Enlaces relacionados:
Paradojas políticas.
«Atentados en Catalunya, el quid de la cuestión», por Floren Dimas.
El otro escenario. Pere Bonnin.
Dos países, dos realidades. Suso de Toro.