Penedès Econòmic. Octubre de 2020. Página 22.
Manifestaciones de la pasión.
Dolors Marín Tuyà. Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.
Decíamos que la fuerza pasional, una vez nacida, no puede ser negada. Sólo puede ser guiada y administrada a fin de bien. Por eso nos conviene saber, de la pasión, este misterioso núcleo de la micropsíquica subjetiva que el Occidente mundano olvida. En Oriente cultivan la serenidad para captar la pasión naciente, mientras que nosotros la tenemos encubierta por el rumor grosero de nuestra manera de vivir occidental.
Los grandes apasionamientos son como las enfermedades (pasión, sufrimiento, paciente, patología), avisan con suficiente antelación y mediante pequeños indicios o síntomas y con un lenguaje quieto, suave, sólo audible por la persona aquietada y delicada pero nunca por la alborotada y agobiada.
Para conocer las manifestaciones pasionales hemos que ir del síntoma pasional a la raíz pasional. El Globàlium, el Modelo filosófico de Lluís Maria Xirinacs, clasifica los conceptos fundamentales, con todo tipo de posiciones intermedias, que exageradas pueden llegar a convertirse en enfermedades. Conozcámoslas:
De la vertiente práctica sale apasionamiento, hiperactividad o pasividad, abulia, pereza.
De lo fenoménico, lo de ahora y aquí, viene apetito consumista, derroche o rechazo consumista y avaricia.
Del sujeto, amor propio, envidia, autoestima, divismo o autoodio y desprecio de uno mismo.
Del origen, optimismo y temeridad o pesimismo y pusilanimidad.
De la experiencia, concentración o dispersión.
Del sentimiento viene amor y esperanza u odio, temor, miedo y terror.
Del caos nos llega alboroto, atolondramiento o aturdimiento y distracción.
Del arte esteticismo, presunción, pulcritud o vulgaridad, dejadez, suciedad.
Del azar sale admiración o decepción.
De la felicidad alegría, joya o tristeza.
De la psíquica viene afectuosidad, con agrado o desafección, de mal grado.
De la turbulencia ira, violencia o por el contrario indiferencia, darnos igual y pasotismo.
De la embriaguez placer, gusto, concupiscencia, lujuria, glotonería o dolor, sufrimiento, sado-masoquismo.
Del tráfico exaltación, soberbia, señorío o depresión, humillación, sujeción.
Con mucha calma podemos aprender a percibir los ínfimos movimientos alteradores, perturbadores, conmocionadores de las diferentes manifestaciones de la pasión en nuestro interior más interno. Y entonces seremos nosotros quienes guiaremos y disfrutaremos la pasión. Nosotros decidiremos.
Dolors Marín Tuyà.
Psicóloga y miembro del Grupo de Investigación Globàlium de la Fundación Randa - Lluís M. Xirinacs.
Enlaces relacionados:
La personalidad pasional. Dolors Marin Tuyà.
La fuerza de la pasión. Dolors Marin Tuyà.