Ideales éticos, instrumentos técnicos y objetivos políticos.
Introducción.
- De la imposible neutralidad científica.
- La Historia, hipótesis a experimentar.
1. De la imposible neutralidad científica.
De poco sirven los grandes
ideales si no se concretan a favor de las personas humanas. De poco
sirven las estructuras técnicas, justiciables y políticas
si pierden toda referencia de servicio concreto a los hombres y mujeres,
etnias y sociedades.
En otros volúmenes
de la colección «Textos» del CEJB se estudian y proponen
cambios instrumentales técnicos, monetarios, sociales, justiciables
y políticos. En éste, pero, queremos dejar claro qué
son los ideales que nos mueven y en qué objetivos políticos
creemos que se concretan, ahora y aquí.
El primer paso será
precisamente la clarificación entre ideales éticos, instrumentes
técnicos y objetivos políticos, para ver su autonomía
e interdependencia en cada caso.
Si de buen comienzo planteamos
una «declaración de principios», es porque queremos
renunciar a la pretendida neutralidad de la vocación y búsqueda
científica, que ofrece sus investigaciones sin las condiciones
de aplicación necesarias porque la puesta en práctica
tecnológica- política no se transforme en una herramienta
de más opresión, corrupción, poder y violencia
contra la humanidad. Si las posibilidades que ofrece la tecnología
no son puestas políticamente al servicio de las libertades y
de la solidaridad, los poderes legalistas y fácticos las continuarán
poniendo a su único y exclusivo servicio contra los pueblos.
Toda propuesta técnica instrumental, corre siempre el peligro
de utilizarse como un arma empleada por unos hombres contra otros. Cuando
este hecho acontece a menudo, como pasa en nuestro siglo, se confunde
simplistamente la ciencia-técnica con el instrumento de la opresión
humana. Deshacer esta confusión es urgente para no favorecer
el retorno a ciertos primitivismos que no hacen otra cosa que dejar
el campo todavía más libre para el desarrollo de nuevos
instrumentos de control puestos por, y a favor de, minorías de
poder.
Dedicaremos, pues, este ensayo
a la reflexión sobre «ideales-éticos» y «instrumentos-técnicos».
Al delimitar los campos respectivos de la ética y de la técnica
(utilitaria, económica, política...) podremos ver las
exigencias, los objetivos y las posibilidades que comportan los ideales
de «solidaridad» y «libertad» cara a su realización
fenoménica en unos sistemas de solidaridades y de libertades
concretas. Sin estos sistemas, los grandes ideales proclamados no son
nada más que un camelo.
2. La Historia, hipótesis a experimentar.
Si en ciertos momentos nos
servimos de hipótesis históricas es teniendo en cuenta
que todas las interpretaciones históricas sobre el hombre, hechas
por los especialistas de cada disciplina o interdisciplina científica
y a partir de documentos irrefutables, son simples hipótesis
de trabajo.
Ahora bien, entre todas las
hipótesis posibles, hay algunas de más probables que otras.
La única manera de confirmar o infirmar experimentalmente cualquier
hipótesis histórica, es someterla a experimentación
en el presente y ver los resultados en el futuro. Para llevar a término
esta experimentación se han de explicar de antemano, con el máximo
de detalles posibles, sus antecedentes, el estado actual y sus consecuencias
previsibles. La experimentación de la hipótesis considerada
debe ser técnicamente posible y prudentemente realizada.
El conjunto de los estudios
emprendidos no tiene otra finalidad que esta: formular unas hipótesis
históricas sobre los fenómenos que facilitaron el origen
de la guerra, del poder, del imperialismo, del juego sucio, y de la
corrupción, para buscar los instrumentos técnicos, políticos
y económicos alternativos que permitan, en una prudente experimentación
social, confirmar o refutar sus hipotéticos orígenes.
Quedarán confirmados si, como fruto de la experimentación,
se consigue una progresiva pacificación y una supresión
del poder, de la miseria, de los imperialismos, del juego sucio, etc.
Si esta experimentación
resulta negativa, descubriremos una pista falsa dónde no hace
falta regresar. En el proceso científico, cualquier fracaso nos
ayuda a volver a centrar la investigación y así se avanza.
Hay quien a menudo ya no intenta una experimentación por miedo
al fracaso: el inmovilismo actual de la sociedad es una clara muestra
de este miedo. Miedo atado al mantenimiento de las estructuras de poder;
miedo que es evidentemente fomentado y del cual se beneficia este mismo
poder.