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Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
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Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
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Agustí Chalaux de Subirà.
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Magdalena Grau,
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Capítulo 5. La telemática.
- Definiciones.
- ¿Que información?.
- Aplicaciones.
- El mercado telemático.
- Desmaterialización monetaria.
- La disyuntiva actual.
1. Definiciones.
La palabra telemática empieza ya a ser usada corrientemente en
todos los medios de información de nuestro país.
Se forma por la contracción de dos palabras, mas familiares,
telecomunicación
e informática. Podríamos, pues, definir la telemática
como «la comunicación a distancia (telecomunicación)
de la información codificada y tratada según lógica
(informática)».
La informática no es sino un sistema muy sofisticado de tratamiento
de la información, que pone en juego, fundamentalmente, tres elementos:
-
El equipo (en inglés, hardware, eso es «quincalla»):
es la máquina, la herramienta de trabajo; es el ordenador, la quincalla
que lo constituye, material y tangible. Es el soporte físico de
la información.
-
La aplicación (en inglés, software, eso es
«confitería»): es la dirección, el método
de trabajo; es el programa, intangible, lógico-abstracto, constituido
por un conjunto de instrucciones elementales que, una vez introducidas
en la memoria central del ordenador aseguran su funcionamiento.
-
El lenguaje: toda información se expresa a través
de un lenguaje; también el programa ha de expresarse en un lenguaje,
que el ordenador ha de comprender para ejecutar las instrucciones que se
le mandan. Este lenguaje se llama lenguaje-máquina y hace
de puente entre la máquina (material) y el programa (lógico-abstracto);
consiste en una codificación que empareja los conceptos lógicos
del programa con fenómenos físicos concretos: el paso de
señales eléctricas. Las señales eléctricas,
pues, materializan la información.
De la combinación de la informática con las telecomunicaciones
-es decir, las tecnologías de comunicaciones a distancia, de circulación
y distribución de las informaciones: telégrafo, teléfono,
radio, televisión, video...- nace la telemática, que no es
sino la posibilidad de conectar entre si diversos centros informáticos,
dispersos en el espacio, para que puedan transmitirse mutuamente las informaciones
almacenadas o elaboradas por cada uno de ellos.
De la combinación de la informática con las tecnologías
de control retroactivo, nace la cibernética, que no es sino la posibilidad
que el ordenador corrija continuamente su propio funcionamiento, por comparación
entre el programa y los resultados que se van obteniendo.
2. ¿Que información?
Informática es tratamiento de la información. ¿Pero
de qué información se trata? ¿Puede ser cualquier
información sometida a tratamiento informático? No. Únicamente
puede serlo la información que hace referencia a fenómenos
«científicamente» analizables. Sólo la información
sistematizable, formalizable, que puede ser expresada conforme a reglas
convencionales o a leyes «científicas», puede ser objeto
de tratamiento informático.
Porque los programas informáticos son lógicos, son conjuntos
de operaciones formales a realizar sobre unidades informativas. Y no tiene
ningún sentido el someter a operaciones lógicas todo aquello
que depende de la libre imaginación, creatividad, intuición
humana y que, por tanto, no se somete a ningún sistema ni a ninguna
ley y aún menos a ninguna lógica -que es el mas estricto
de los campos de concentración-.
En una palabra: todo aquello que no es objeto de «ciencia»,
tampoco es objeto de tratamiento informático. Un ordenador no puede
dar resultados ni respuestas concernientes a problemas éticos, morales,
políticos, estéticos... Únicamente puede ayudar al
hombre a resolver los problemas originados en el campo de los fenómenos
objeto de «ciencia», porque, en este campo, se limita a repetir,
imitar los esquemas de pensamiento lógico del hombre y a ejecutarlos.
Y cuando los ejecuta, lo hace con una gran rapidez y precisión,
evitando así al hombre de tener que realizar larguísimos
y enojosos cálculos y operaciones.
Esta rapidez y precisión son la gran ventaja y utilidad de la
informática; y aunque su campo de aplicación esté
rígidamente delimitado, el resultado final es que el hombre cuenta
con un instrumento muy perfeccionado de análisis de la realidad
fenómenica que le permite, después, el tomar sus libres opciones
y decisiones éticas, políticas, estéticas... de gran
responsabilidad, sobre la base de un conocimiento de los fenómenos
mucho mas completo y perfeccionado.
3. Aplicaciones.
No por estrictamente delimitado, el campo de aplicación de la
tecnología informática es mas reducido. Al contrario, su
uso se impone cada día mas en multitud de ámbitos y de tareas,
hasta el punto que llega a constituir una auténtica revolución
social.
De los programas para enseñanza e investigación, hasta
la robótica (o robotización de la producción: es decir,
producción industrial realizada por robots, máquinas con
un cerebro electrónico) y la burótica (o automatización
de las tareas de despacho y oficina), pasando por el video, videotexto,
los juegos electrónicos o los ordenadores personales, que atraen
al gran público, existen multitud y multitud de aplicaciones prácticas
de la informática y de la telemática y muchas otras están
aún por inventar.
Por otra parte, el rápido progreso tecnológico lleva a
una progresiva miniaturización de los aparatos, a su abaratamiento
constante y a la elaboración de lenguajes hombre-máquina
(que no deben confundirse con el lenguaje-máquina del que antes
hemos hablado) cada vez mas cercanos al lenguaje humano, -cosas todas ellas,
que facilitan en gran medida el uso de esta tecnología-.
4. El mercado telemático.
Pero lo que aquí nos interesa particularmente es la posibilidad
de aplicar la telemática a la configuración de un nuevo sistema
monetario. Esto no es ninguna novedad, ya todos han oído hablar
de dinero electrónico o de pago electrónico. También
se utiliza la expresión genérica de monética.
Ahora bien, las diferentes iniciativas que ya están en marcha
al respecto en diferentes países, incluido el nuestro, no se engloban
en el contexto de una reflexión teórica sobre el sistema
monetario y su función social. A esta carencia fundamental y además
muy peligrosa, queremos poner remedio.
En el capítulo anterior hemos descrito la factura-cheque, el
instrumento monetario que proponemos como alternativa a los irracionales
instrumentos monetarios vigentes, Ahora, nos ocuparemos de como llevar
a la práctica esta factura-cheque con ayuda de la telemática;
esto es, de la factura-cheque pro-telemática. Las grandes
posibilidades de la telemática hacen que esta tecnología
se adapte perfectamente a las necesidades y características de la
factura-cheque.
Factura-cheque pro-telemática quiere decir, sencillamente,
que toda factura-cheque emitida, lo será a través de un sistema
telemático centralizado a nivel imperial. Poner a punto este sistema
es, tecnológicamente hablando, muy fácil.
Dicho sistema telemático debería comprender los elementos
siguientes:
-
Centros telemáticos monetarios:
-
centros facturadores privados: todos y cada uno de los establecimientos
de venta mercantil (empresas, comercios al mayor; comercios e industrias
al detalle), por pequeños que sean constituyen un centro facturador.
Habrán de estar, pues provistos de microordenadores facturadores
que, además, estarán dotados de una impresora que imprimirá
a cada acto de compra-venta efectuado, la factura-cheque correspondiente.
El proveedor solo habrá de teclear las instrucciones adecuadas para
que queden consignadas todas las características de la transacción
-según hemos indicado en el anterior capítulo-; previamente
a la confección de la factura-cheque, habrá de haber comprobado
la identidad del cliente (existen a este efecto diversos mecanismos de
identificación entre los cuales se puede escoger). El cliente, finalmente,
deberá firmar la factura-cheque.
-
centros contables privados: son los establecimientos contables (Bancos
de Negocios y Cajas de Ahorros). En uno de estos establecimientos, cada
persona tendrá abierta su cuenta corriente. Cada factura-cheque,
una vez firmada por el cliente, será enviada por el proveedor a
su establecimiento contable, el cual inscribirá la cantidad correspondiente
en su cuenta corriente. El establecimiento contable del proveedor enviará
la factura-cheque al establecimiento del cliente, donde se efectuará
también el correspondiente cargo en la cuenta corriente de éste
y donde, posteriormente, la factura-cheque será microfilmada y archivada.
Cada establecimiento contable estará encargado de la realización
de los estudios de análisis y estadística correspondiente
a la totalidad de las facturas cheque firmadas por sus clientes en cada
ejercicio bien determinado. (Estos análisis estadísticos
habrán de efectuarse con total omisión de referencias personales
a los agentes de cada acto monetario; a este respecto ver el capítulo
6).
-
centro imperial, dependiente de las autoridades monetarias de la comunidad
geopolítica: a este centro llegarán los datos analíticos-estadísticos
elaborados por cada establecimiento contable, y se realizarán las
analíticas-estadísticas globales de todo el imperio.
-
Conexiones telemáticas-monetarias: estas conexiones no son absolutamente
necesarias para la puesta en marcha del sistema monetario propuesto, pero
a medida que se establezcan, irán simplificando los procesos descritos
anteriormente a realizar por cada centro telemático.
-
conexiones entre cada centro facturador y su correspondiente establecimiento
contable: esto posibilitará la automaticidad de la anotación
en cuenta corriente, sin necesidad de esperar a enviar la factura-cheque.
-
conexiones entre establecimientos contables a través de sus centrales
o centros: esto posibilitará la automaticidad del cargo en la cuenta
corriente del cliente.
-
conexiones entre centros contables y el centro imperial, para posibilitar
la transmisión automática de los datos analíticos
y estadísticos elaborados por cada centro contable.
La realidad mercantil resultante de la supresión de los instrumentos
monetarios actuales y su sustitución por la red monetaria telemática
que acabamos de describir, la llamamos mercado telemático. En el
mercado telemático cada transacción está plenamente
documentada, hay por tanto una nitidez total del mercado, una información
exhaustiva sobre el, que siempre que sea puesta a disposición de
toda la población -y no únicamente un sector privilegiado
de ella-, representa una fuente inagotable de mayores riquezas, libertad
y capacidad de actuación eficiente.
Lo mismo podría decirse de la sociedad telemática, o conjunto
de actos social-monetarios en el seno de una red telemática de facturas-cheque.
5. Desmaterialización monetaria.
Con la red monetaria telemática y la factura-cheque pro-telemática
se consigue una gran desmaterialización del sistema monetario, que
muestra claramente su carencia de cualquier valor intrínseco y su
naturaleza puramente instrumental-abstracta.
El poder de compra de cada persona estará constituido, simplemente,
por una cifra en su cuenta corriente.
Este poder de compra se podrá movilizar únicamente por
la emisión de una factura-cheque pro-telemática: el consecuente
pase de apuntes es automático, a través del ordenador.
La factura-cheque, que por ser un trozo de papel, es la parte mas material
del sistema monetario propuesto, incluso podría ser sustituida por
una memoria magnética que se imprimiría directamente en la
tarjeta del cliente y en la red telemática de los establecimientos
contables.
6. La disyuntiva actual.
Nos guste o no, lo cierto es que el mercado telemático será
un hecho en pocos años.
En algunos lugares de nuestro país, por ejemplo, ya funcionan
unas tarjetas de pago electrónico. En otros países y especialmente
en Japón, esta práctica está ya muy extendida.
Ahora bien, tal y como se va llevando a término, hoy por hoy,
la telematización del sistema monetario no será total, sino
que se hará de manera paralela al sistema actual. No se suprimirán
radicalmente, como hemos propuesto, los instrumentos monetarios anónimos
vigentes, sino que se conservarán al lado de instrumentos monetarios
telemáticos, personalizados: de esta manera, siempre será
posible pasar de un tipo de circulación monetaria a otro. Así
pues, será imposible el obtener una contabilidad imperial total
y será imposible de conseguir una personalización y responsabilización
eficaces de los actos monetarios, en vista a la desaparición de
la corrupción del dinero. Todos los objetivos que hemos asignado
a la factura-cheque pro-telemática serán, por principio,
inalcanzables; habrá habido progreso técnico pero el progreso
social será nulo.
Nosotros proponemos, pues, la telematización completa del sistema
monetario; eso no ha de representar, necesariamente, el control absoluto
del Estado sobre el ciudadano, como intentaremos demostrar en los siguientes
capítulos.
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