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Los «Cien pasos de una vía de humanidad» de Lluís Maria Xirinacs.
Dolors Marin Tuyà.
Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.

Al servicio de este pueblo.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.

Diario de un senador.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.

Publicaciones:

Mundo alternativo.
Lluís Maria Xirinacs.

Pequeña historia de la moneda.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.

El capitalismo comunitario.
Agustí Chalaux de Subirà.

Un instrumento para construir la paz.
Agustí Chalaux de Subirà.

Leyendas semíticas sobre la banca.
Agustí Chalaux de Subirà.

Ensayo sobre Moneda, Mercado y Sociedad.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.

El poder del dinero.
Martí Olivella.

Introducción al Sistema General.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.

Curso sobre política y economía según Agustí Chalaux, a cargo de Joan Parés Grahit

Realizado en la Fundació Lluís Maria Xirinacs

Nota: Las frases en azul són comentarios del conferenciante.

17 de Octubre 2009

Sistema General

Entendemos por Sistema General una elaboración teórica y "científica" (Agustí había trabajado mucho el concepto "ciencia" y por esto lo ponemos entre comillas, hay otros escritos dónde detalla lo que entendía por ciencia, no todo el mundo lo entiende igual), sobre medida y estrategia de mercado, (el mercado entendido como el conjunto de intercambios elementales, tanto de productos como de servicios y como medir estos intercambios, como hacer una estrategia de mercado que ayude a solucionar estos problemas y por esto iba) acompañada de un instrumento técnico (la moneda telemática o factura-cheque) para la aplicación de esta teoría a la realidad cotidiana del mercado. (Es decir Agustí hace una grande elucubración científica de como se puede medir el mercado y de como se puede repartir mejor la riqueza, y por esto hace una teoría y explica qué para conseguirlo, hace falta suprimir el anonimato del dinero y cambiarlo por la factura-cheque telemática. Esto es propiamente el Sistema General. Es una elaboración muy fría, muy científica y racional, y es algo que puede interesar a todo el mundo, todas las personas afectadas por la economía sean de la ideología que sean, de derechas o de izquierdas, porque se trata de clarificar lo que está pasando al mercado. El mercado de hoy en día es una cosa borrosa, algunos entienden algo, muchos de otros nada, la gente va perdida, no hay manera de ver claro. Se trata de poner transparencia en las transacciones económicas. Con la moneda telemática podríamos hacer ciencia. Hoy en día la economía no es ciencia, es una aproximación a la ciencia. Los economistas no pueden hacer análisis precisos sino que trabajan con índices, trabajan aproximándose a los hechos, pero no saben exactamente lo qué pasa.)

Hace falta distinguir:

1. el Sistema General como una elaboración científica y la propuesta de un instrumento técnico: la moneda telemática.
2. y por otro lado la manera de aplicarlo, los ideales inspiradores y la práctica política basada en la aplicación del Sistema General.
¿Qué sistema propone Agustí? Es una propuesta muy libertaria. ¿Como hacerlo esto? Con elecciones o con un golpe de Estado, se ha de coger el poder del Estado y mandar, ¿cómo? Nos lo explica con los decretos leyes, que son borradores, no todos están completos, pero explican una manera de cómo puede funcionar una comunidad geopolítica. Son una aproximación a una nueva Constitución.

.Primero hablaremos de estos últimos

Agustí decía: Nuestros ideales, nuestra conciencia ética de solidaridad con todos los hombres, (no todo el mundo tiene esta conciencia, él la tenía, poca gente lucha a fondo por esto, él sí que lo hacía) la utopía persistente del género humano hacia un futuro más libre para todo el mundo, son la energía misma del espíritu.

Esta energía se opone radicalmente al mayor pecado contra el espíritu qué es la "cosificación" de las personas, y, tarde o temprano hará realidad el deseo permanente de colocar la persona humana, y no la riqueza material, el poder, o cualquier otra "cosa", como finalidad motriz del desarrollo de los pueblos de la tierra. (Los ideales son preciosos, él ponía primero la persona humana y después la riqueza y el dinero, la antítesis de hoy en día).

El impulso revolucionario para construir e implantar el Sistema General nace de los ideales mencionados, de la confianza, de la imaginación y de la creatividad de las personas individuales y comunitarias, unidas en pacto libre.

Es necesario hacer la revolución (evolución rápida y repetida) con toda la esencia. A las revoluciones sólo racionales les falta el lenguaje propio del arte y del espíritu.

Él decía: Dentro nuestro insiste el espíritu, independiente de los fenómenos y fuente de toda liberación posible, presencia activa y fundamento de nuestros ideales.
Asi es como lo vivía él, hoy en día el espíritu está muy adormecido.

Nuestra intuición, nuestra inteligencia humana, capta el espíritu y construye el mito, el ideal creador surgido del deseo. Entonces aparece la persona individual o colectiva que habla alto y justo, depositaria de toda libertad y responsabilidad revolucionaria (expresión del espíritu).
Las comunidades geopolíticas son para defender y hacer crecer las libertades interiores y exteriores frente a terceros. Ellas mismas se dan las autoridades que deben menester y eliminan el uso del poder sobre las personas. La finalidad de nuestra propuesta revolucionaria no es conseguir salvaciones románticas sino libertades concretas posibles hoy en día.

En cuanto a la práctica, en función de los ideales expresados, las líneas esenciales del programa político que propugnamos son dos:
• dialéctica entre la arquía y la anarquía: ámbito colectivo - ámbito privado
• dialéctica entre bien común y bien privado: lo que es de todos y lo qué es mío.

Nos colocamos así en una tercera vía auto-social, en un camino alternativo a los dos modelos antisociales ya definitivamente fracasados, conocidos como capitalismo-liberal y comunismo-estatista y que todavía funcionan, heridos de muerte, en nuestros días.

Queremos conseguir, para el aumento del "poder humano sobre las cosas", la desaparición pacífica de todo "poder sobre las personas" y, como consecuencia, la desaparición de toda miseria y marginación anti-social por motivos de dinero. Estas son las traducciones prácticas de los dos principios de dialéctica enunciados. (Agustí, además de hacer una construcción mental racional-científica, también sabía mucho de expresar lo que le pasaba por dentro, sus ideales, y con estos escritos queda todo muy claro).

En cuanto al Sistema General como una elaboración científica e instrumento técnico, Agustí dejaba bien claro que su propuesta no era una verdad cerrada ni una panacea definitiva, sino que la presentaba como un instrumento para poder confirmar o infirmar (falsear) cualquier hipótesis científica sobre economía, (para hablar científicamente de economía , necesitamos el instrumento adecuado: la moneda telemática, de lo contrario no hablaremos nunca de economía a ciencia cierta) a través de la correspondiente y prudente experimentación social. En este sentido deseaba la colaboración y la crítica de todo el mundo y agradecía cualquier observación o sugerencia sincera y amigable por severa que fuera la crítica.

Agustí estaba convencido de que lo qué él proponía ya se estaba poniendo en práctica por otros, los plutarcas, (plut-arquia es una palabra griega que hacía referencia a Plutos, dios de la riqueza y arquia que quiere decir mando, mandar. Plutos era bi-fronte, tenía una cara malévola y una cara benévola. Platón ya explicaba cómo se puede mandar bien o mal a través del dinero y Agustí identificaba los grandes banqueros como plutarcas malévolos actuales) del mundo contemporáneo (los que mandan a través del dinero), pero sólo para su provecho. Nos decía que es necesario movilizar toda la energía revolucionaria del pueblo porque aquello que es técnicamente posible, se convertirá en realidad concreta tan pronto como un pueblo esté íntimamente convencido de esta posibilidad, y esto sin ninguna necesidad de recurrir a la violencia. También creía que la violencia como única fuerza generadora de revoluciones sociales era un falso mito. Quería una revolución de no violencia inteligente y activa del pueblo contra toda miseria material, puesto que ésta es la peor y más criminal violencia que se pueda imponer a las comunidades humanas.


 

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