Según el genio ancestral de la lengua griega, a la que pertenecen las raíces que componen los dos términos tan técnicos como clásicos del título, hay "pedagogías buenas" y "pedagogías malas", "demagogias buenas" y "demagogias malas".
De acuerdo con una terminología fácilmente comprensible, podemos llamar simplemente:
• "Pedagogía" y "demagogia", a todas las pedagogías y demagogias buenas,
• "Anti-pedagogía" y "anti-demagogia", a todas las pedagogías y demagogias malas.
(El político tiene que hacer demagogia, no pedagogía y no tratar el pueblo como si fueran niños.)

A la anti-demagogia, también la podemos llamar "populismo": consiste en halagar los
defectos y vicios de cada pueblo para hacerse el amo y ejercer impunemente "la anti-demagogia" práctica , pero disfrazada de cordura para "el hombre de la calle", "el imbécil de la esquina", "el elector que todo el mundo puede engañar", "el pueblo que no sabe nada de nada", pero, "desgraciadamente ( "esto no pasaba en tiempos de Franco!"), lo puede decidir todo ".

Un ejemplo claro: el gran, el inconmensurable, el "fenomenal" Fraga Iribarne es un
"populista" regalando "bingos" y "tragaperras" al pueblo español.
En escala más reducida, Fraga también es "populista" cuando, por presiones suyas, el gobierno retira la LAU (Ley de Autonomía Universitaria). Este proyecto, tan deficiente tenía al menos una cosa buena: el acceso a la universidad, como alumnos al igual que como profesores, de los que no han tenido un padre bastante rico para facilitarles la carrera de "bestia de concursos y oposiciones" como es el mismo Fraga. Según él, esta carrera de "bestia de concursos y oposiciones", es la única que puede abrir la barrera de acceso a los "honores y prebendas liberales". Esta carrera de los concursos, oposiciones, honores y prebendas, debe ser negada sistemáticamente a toda la "gentecilla" que, sin tanta "titulitis", saben, en realidad, más y mejor que él. La prueba es manifiesta en la historia de España desde que esto,-que se llama simplemente en términos técnicos "clasismo burrocrático" y "lucha de clases", practicados, desde lo alto del gobierno, por imbéciles y negados, ha llevado la desgracia al "pueblo español".

Nosotros, con todo honor, somos demagógicos es decir: queremos conducir los pueblos
de la península a la consecución rápida de sus intereses y libertades esenciales, retirando de la circulación todos los juegos de azar y proponiendo a la gente el esfuerzo útil y libre hacia un desarrollo material-libertario que le dé, no las satisfacciones y también fraudes del azar, sino la seguridad geopolítica y la dignidad ciudadana, a las que tiene derecho, tan interiormente como exteriormente.
Todo esto es posible sin "populismo" prostituidor y clasista, embaucador y
pícaro, lioso y chapucero. Es posible con simple "demagogia" sincera y eficaz.