I. El fuego y el verbo. (Últimamente, se ha pasado de documentos que fijaban la fecha hipotética de la inicial domesticación del fuego en los -5/400.000 a documentos, que parecen irrefutables, retrocediendo esta fecha hasta los -1.200 millones años).

II. Otros lenguajes anteriores al verbo.

III. Verbo consonántico primitivo. (Hacía gritos, no articulaba palabras)

IV. El hombre de Cromagnon y las vocales (-45/40.000).

V. La magia libertaria y poética, festiva y popular, creativa de mitos y leyendas tan contradictorias como el mismo ser humano, fue la gran impulsora de la enorme riqueza semántica, gramatical y sintáctica del lenguaje humano. (-60 / 5O.000 a -2.600).
(Aquí el hombre empieza a nombrar las cosas.)

VI. La magia pe (n) sada y pe (n) sadores, matriz de todas las religiones, fue explotadora y fanáticamente dogmatizadora los mitos alegres y desenvueltos, creados por la magia libertaria. (El chamanismo no es una religión. Te introduce en el mundo de la trascendencia, te hace conocer)

VII. Triste destino subterráneo de la magia libertaria, posterior a los -2.600 gravemente marginada por todas las religiones, que la han perseguido con una constancia digna de mejor causa.

VIII. La literatura, último refugio de la magia libertaria del verbo, de cada idioma étnico
(-2000 a nuestros días). (A través de la literatura vuelve a surgir la magia libertaria.)

IX. La ciencia y los idiomas étnicos: hay que ir suprimiendo el trágico divorcio entre "ciencia" y pueblo. (La ciencia era sólo para la élite, había muy poca difusión.)

X. Cultura y lengua en cada persona étnica: siempre, en todas partes y en todas sus actividades vitales, vivientes y pervivientes cualquier etnia, es una persona singularísima, irrepetible, inviolable…, manifiestamente perdurable; sólo un genocidio totalitario puede hacer desaparecer una nación y su lengua, por pequeña que sea la primera, y primitiva la segunda, por pobres que sean las dos. De numerosísimos ejemplos, bien documentados, se puede deducir que, mientras quede una sola pareja fecunda en y con la energía de la ética trascendente que anime su genuina ascendencia, no desaparece de hecho ninguna nación ni lengua: eso sí, se transforman y se enriquecen según un proceso evolutivo, enormemente complejo.